¿Médicos libres? No, simplemente charlatanes sacacuartos con bata; y las autoridades sanitarias de vacaciones
Paseando por la web como decía la vieja canción de hace unos años me he encontrado con un portal en el que se publicitan unos autodenominados “médicos libres”, a los cuales el nombre les viene demasiado grande y que si hubiera una justicia diligente y preocupada por los pacientes y la salud pública estarían ya en el banquillo.
¿Tiene una enfermedad y necesita consultar con un médico especializado? Pues están de suerte (o no) porque unos supuestos “médicos libres” tienen la solución. ¿Y por qué “médicos libres”? pues ya se estarán imaginando ustedes por dónde van los tiros.
Estos “médicos” indican en su web que
si padece usted de coronavirus, elige un virólogo, alergólogo…, con experiencia en el uso de ivermectina, vitaminas C y D…, y otros recursos terapéuticos (todos sabemos de cuales hablamos)”.
Eso de que “todos sabemos de cuales hablamos” me ha puesto los pelos de punta, ya que en román paladino se traduciría por algo así como
“cualquier mejunje o producto que no haya sido aprobado como medicamento, pero que si ha sido promocionado por algún iluminado en las redes sociales pues nosotros estamos dispuestos a administrárselo (por una buena cantidad de dinero, eso sí) y allá usted con su enfermedad original y los efectos secundarios que produzcan estas sustancias sin control farmacéutico alguno”.
Y para confirmar en donde nos estamos metiendo, esta misma web indica que se
puede encontrar a los médicos de siempre, cardiólogos, pediatras, hematólogos, ginecólogos, oncólogos…,
¡hombre, de siempre no! que la mayoría de la profesión médica es seria y profesional y no se rebaja a este tipo de peligroso timo.
que utilizan sus conocimientos universitarios más los adquiridos en otras medicinas, como la china, la india, o que practican la homeopatía, usan la ivermectina, el biomagnetismo, la ozonoterapia, la nutrición, la hipnosis y otros recursos terapéuticos.
¡Bonita mezcolanza chamánica para sacar los cuartos a desesperados o ingenuos!.
Esta misma web sigue indicando que
Recuerde que todos nuestros profesionales son médicos colegiados, saben lo que hacen y cuándo hacerlo. Son médicos libres, independientes, y, por encima de todo, respetan al paciente.
¡Bueno, eso de que “saben lo que hacen” va a ser que no y lo de “respetar al paciente” menos, puesto que administrar medicamentos de uso veterinario a humanos o “tratar” con magia potagia muestra muy poca profesionalidad, por mucho que estén “colegiados”. Por cierto ¿que dicen los respectivos colegios profesionales sobre estos colegiados que utilizan esos «maravillosos» conocimientos adquiridos?
Y para que la peligrosa estafa no quede únicamente en España (que todo ciudadano del mundo tiene derecho a ser engañado y a poner en riesgo su salud si cae en manos de estos sacacuartos) la misma web indica que
No importa donde viva usted, en que lugar del globo terrestre, podrá comunicarse con su médico desde su casa, en español o en inglés o francés (ver doctores que hablan estos idiomas) a través de internet.
¿Y quienes son estos portentos del engaño, médicos “libres” como el viento capaces de cobrar entre 40 y 60 euros para empezar a “tratar” a esos pobres ilusos que caigan entre sus redes de matasanos del tres al cuarto?
Pues les presento a estas joyas. La primera de ellas la Dra. Marcela Ruth Rodríguez Caballero
naturópata, o lo que es lo mismo una chamán que promueve la “autocuración” y que por tanto se opone a las prácticas médicas modernas, incluidas, entre otras, las pruebas médicas, los medicamentos, las vacunas y la cirugía. ¡Menudo elemento!, aunque no se sabe entonces para qué estudió una carrera de 6 años, cuando no hace caso a ninguna de las asignaturas que supuestamente tuvo que aprobar.
El segundo elemento es la Dra. Nadiya Popel
que se describe como fitoterapéuta (es decir, nada de pastillas que las hierbas del acá o de acullá todo lo curan, aún cuando nadie se haya molestado en saber si en realidad funcionan o no) y adepta al CDS, sí ese famoso dióxido de cloro cuyo principal “milagro” médico consiste en poder vender la lejía que se compra en las droguerías por menos de un euro a precio de oro, eso sí diluida además para que cunda mucho más la peligrosa estafa.
Y cierra esta terna, un tercer mosquetero, el Dr. Damian Eduardo Pelizzari
que también usa la lejía diluida para poner en riesgo la vida de los pacientes mientras les estafa a conciencia.
Y la pregunta que surge es si los colegios profesionales y las autoridades sanitarias con responsabilidad en el asunto van a cumplir sus obligaciones con los pacientes y la salud pública o van a seguir haciendo la vista gorda hasta que estos matasanos acaben finiquitando a algún iluso, mientras le vacían la cuenta corriente.
P.D:
Y de regalo un interesante video en el que se plantea que hay que ser más osados y se ampliara ese supuestamente tan maravilloso «conocimiento» de las «medicinas alternativas» a otras facetas de la vida
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Claro es que los medicos de la SS curan todas enfermedades, no le tienen a usted enganchado a farmacos carisimls e inutiles sin tener ni puta idea de cual es el origen de la enfermedad que usted padece o curarsdela de raiz, eso si que es medicina de la güena, la de la sanidad pública, que funciona tan bien que ya han logrado tener a mas de la mitad de la poblacion enferma y empastillada sin curar para mayor gloria de todos sabemos quien.
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El problema general es que la incultura científica (Más bien analfabetismo científico) es un condicionante muy extendido en la sociedad, y por consiguiente, entre nuestros políticos (En realidad, entre los políticos de todo el mundo. Y no solo entre los políticos, entendidos como ciudadanos con responsabilidades especiales ante la sociedad. Entre los jueces pasa lo mismo, de ahí la constatación de sentencias totalmente aberrantes, al tratar estos temas).
Si la legislación fuera la que debería ser (Y los jueces un poco más cultos y responsables), estos impresentables serían arrestados, sus credenciales médicas anuladas para siempre, y acabarían en la cárcel para una buena temporada (delitos contra la salud pública y estafa).
Desgraciadamente, estamos muy lejos de que eso sea una realidad.
En cuanto al MMS, ya se ha dicho, por activa y por pasiva que estamos ante un producto peligroso para la salud. De hecho, si calculamos el peso que representa la dosis máxima propuesta como cura, sobrepasa, por un factor de 10, el límite de 0,1 gr/l establecido para las aguas saneadas con este producto. Ningún médico, que no sea un cantamañanas vendehúmos, se atrevería a proponer su uso como medicamento. A ello hay que añadir que la autoadministración de tal producto, realizada de forma burda, puede dar lugar a la ingesta de dosis aún más altas, con el consiguiente aumento del peligro de efectos nefastos.
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Pues nada suddentino entonces «medícate» con agujitas, pastillitas de azúcar, lejía diluída y abrazos. Y luego cuando te falle el corazón, te infectes por un patógeno peligroso o tengas un cáncer, nada de acudir a urgencias y nos cuentas cuanto tiempo vas a sobrevivir.
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Otro subnormal, que además confunde la gimnasia con la magnesia. Que las medicinas, esas medicinas tan denostadas por los gilipollas defensores de la falacia alternativa, sean caras es consecuencia del modelo económico que se nos ha impuesto. Nada tiene que ver con su eficacia. Más caros son los “tratamientos alternativos” en los que pagas por algo que no sirve para nada. Entre aprovechados vendehúmos y tontos que se tragan anzuelo, sedal, caña y pescados de las estafas alternativas, esta sociedad cada vez está peor.
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Pues yo pienso que los Colegios Profesionales si tienen labor que hacer. No sé porqué no hacen algo más en este tema, pues estar colegiado y hacer estos tratamientos, es contradictorio, si no eres un estafador, claro.
Como mínimo, deberían tener una web con todos los nombres de lxs medicxs, colegiados o no en España, que se publicitan, para que la gente pudiera consultarlos. Una especie de web de fakes, pero para médicxs.
A ver si se ponen las pilas.
Salu2
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España está llena de gilipollas, y luego pasa lo que pasa:
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2022/09/04/63121980fdddffa26c8b45de.html
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Me pregunto si esos «médicos libres» son los mismos que junto a «bomberos libres», «policías libres», y «abogados libres» que ahora recuerde protestaban por las medidas contra el COVID-19.
Sospecho que sí. Y me acuerdo de un ultraliberal que decía que no había dentistas porque estaba muy regulado quién podía serlo y quién no.
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