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¿Los humanos somos el centro del Universo? pues no, sólo somos unos simples monos con ropa


Desde que el ser humano es humano ha supuesto, con prácticamente ninguna prueba por cierto, que nuestra especie es el culmen de la creación y que todo en este casi infinito universo está ahí para nuestro uso y disfrute.

Sin embargo. para descubrir cuan insignificante somos los supuestos sapiens en este inconmensurable Cosmos se puede hacer el siguiente ejercicio mental, comprimir toda la existencia de nuestro planeta (de hecho un irrelevante trozo de roca y agua cósmicos) a un día de 24 horas y ir introduciendo los diferentes protagonistas de la vida ajustados a los datos que se han ido obteniendo en el registro fósil.

Así en primer lugar podemos poner en hora el reloj a las 00:00 con la formación de la Tierra.

A las 04:10 de la madrugada aparecen los primeros vestigios de la vida, los procariotas.

Hay que esperar hasta las 07:23 para poder observar a los primeros organismos fotosintéticos.

Los primeros eucariotas, similares a nuestras células aparecen bien avanzado el día, sobre las 13:34 horas.

Los primeros seres pluricelulares comienzan su existencia avanzada ya la tarde, a las 18:47.

La famosa explosión cámbrica, con su multitud de formas de vida complejas ocurre ya de anochecida, a las 21:14 horas.

Los primeros vertebrados que colonizan el suelo seco, anfibios y reptiles sólo aparecen a las 22:07 horas de la noche.

Nuestros primeros antepasados directos, los mamíferos surgen sobre las 23:40 de la noche.

Para poder observar a los Australopitecos, tenemos que esperar casi hasta el fin de la jornada, exactamente hasta las 23:58:07.

Nuestro tatara-tatara-tataraabuelo el Homo Habilis aparece en el último minuto del día, exactamente a las 23:59:04 cuando faltan sólo 56 segundos para las campanadas de media noche.

Su descendiente directo y todavía lejano ancestro humano, el Homo Erectus surge a las 23:59:41.

Y ya finalmente el supuesto centro del Universo (que no olvidemos que es ininaginablemente más viejo que nuestro insignificante planeta materno), nuestra especie, el Homo Sapiens únicamente comienza a vivir en la Tierra  a las 23:59:56, es decir cuando faltan únicamente 4 miserables segundos para que termine el día.

Pero eso sí intenten convencer a ulemas, rabinos, sacerdotes, predicadores, santones, pastores, monjes, imanes y demás pobres «iluminados» carcomidos por el virus de la fe de esta incuestionable realidad, que lo más probable es que acaben siendo considerados en el mejor de los casos como unos intolerantes, maleducados, intransigentes y agresivos «cientifistas» o peor aún, ateos; eso si no terminan frente a un juez por graves ofensas a la imbecilidad religiosa, o directamente lapidados por su intolerable blasfemia en según qué países.

Y de regalo un ilustrativo video sobre el tema:

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  1. Anónimo
    17 abril, 2024 a las 18:50

    Bajo de la hipótesis de que fueses Dios y que quisieras crear seres inteligentes semejantes a ti (con razón, conciencia y libres para decidir), no existe materia ni energía, ni hay leyes físicas que la rijan, cómo construirías este universo?

    No es un ejercicio trivial, plantéalo como algo serio, si quieres filosófico. Qué harías primero si no tienes la experiencia de nuestro universo actual?

    Si existe un Dios, para crear el culmen de su creación, tal vez debió hacer leyes físicas más eficientes para lograr este objetivo en menos miles de millones de años no? Qué cambiarías en las leyes físicas de nuestro universo?

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  2. 18 abril, 2024 a las 8:00

    La verdad es que el hipotético caso que propones creo que no solo excede a la capacidad intelectual de este simple mono bípedo, sino probablemente también el de la mente humana más brillante.

    Con respecto a tu pregunta de

    “¿Qué cambiarías en las leyes físicas de nuestro universo?”

    te voy a responder como lo hizo MULTIVAC en el famoso cuento de Asimov: “Datos insuficientes para una respuesta esclarecedora”. Y quizás esta vaya a ser siempre la única respuesta sincera posible de los humanos (y probablemente de las IA que se desarrollen a partir de la cultura humana) a tener en cuenta ante el inabarcable problema de diseñar un Universo desde el principio.

    Finalmente, desde el punto de vista filosófico lo que sí tengo muy claro en este tema es que ningún ser inteligente con la más mínima capacidad moral se atrevería, una vez que ha fabricado seres imperfectos sujetos a potentes instintos y comportamientos contradictorios pero casi impresos en piedra en su genoma, a castigar de ninguna manera a esos pobres juguetes por las imperfecciones derivadas de su propio diseño original.

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  3. luisgonzalesm
    18 abril, 2024 a las 17:59

    Finalmente, desde el punto de vista filosófico lo que sí tengo muy claro en este tema es que ningún ser inteligente con la más mínima capacidad moral se atrevería, una vez que ha fabricado seres imperfectos sujetos a potentes instintos y comportamientos contradictorios pero casi impresos en piedra en su genoma, a castigar de ninguna manera a esos pobres juguetes por las imperfecciones derivadas de su propio diseño original.

    no entiendo exactamente qué entiendes por «castigar», y cómo tienes la certeza de que ese ser inteligente va a castigar a su propia creación. En mi opinión, el concepto de castigo está sesgado por mi experiencia sensible, propio de nuestra naturaleza humana que es material y temporal. En ese sentido, no necesariamente podemos entender qué es castigo real para un Dios eterno.

    Castigo para un niño puede ser tener que aprender la tabla de multiplicar, aunque luego pueda tener beneficios para su vida conocerla, pero no por eso el padre va a dejar que el niño deje de aprenderla y de hacer lo que esté en sus manos para que lo haga. Siempre va a tratar de persuadir a su hijo para asumir el reto, mostrando los beneficios que tiene el saber multiplicar, pero finalmente es decisión del hijo aprenderla o rechazarla, incluso a pesar de los «castigos» que pueda infringirle su padre, con el dolor que esto puede suponer.

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  4. 18 abril, 2024 a las 18:52

    «no entiendo exactamente qué entiendes por «castigar», y cómo tienes la certeza de que ese ser inteligente va a castigar a su propia creación.»

    ¿No es eso lo que llevan milenios predicando todas las religiones del mundo? A lo mejor es que soy el único que escucha al papa católico y al resto de curas, rabinos, ulemas y demás mediadores de lo divino.

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  5. Anónimo González
    20 abril, 2024 a las 11:45

    Me temo que en esta reflexión vuelve a pasar lo mismo que en aquella otra sobre la biología evolutiva: el argumento dado no aporta pruebas objetivas ni a favor ni en contra de la premisa de la que parte y la reflexión a modo de conclusión no tiene que ver con nada.

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  6. Eduardo Baldu
    21 abril, 2024 a las 15:43

    Se cuenta que cuando los turcos estaban a punto de conquistar Constantinopla, los sabios de Bizancio, en lugar de preocuparse de defenderse de los enemigos, perdían el tiempo discutiendo acerca del sexo de los ángeles. Pienso que tal concepto sería plenamente aplicable a la pregunta expuesta.

    La primera cuestión pasaría por definir el concepto de dios. Si a la clásica definición que del mismo se hace en el cristianismo nos referimos, entre sus atributos está la omnisciencia y la omnipotencia, es decir pleno y total conocimiento, y poder absoluto.

    Si tal fuera, no cabría preguntarse qué cambiar en el modelo del universo, porque ese supuesto dios sabría cuál es la mejor opción y la habría puesto en práctica, un motivo filosófico más para ser ateo, porque es evidente que hay muchas cosas mejorables.

    Pero tampoco tiene sentido la pregunta en sí misma. Imaginaos que estáis leyendo una novela. Lleváis leídas una serie de páginas, pero desconocéis cuantas tiene en total. Puede que ya llevéis leído un tercio del libro, quizás tres cuartas partes, o puede que solo el diez por ciento. Os preguntan qué cambiaríais del argumento para que fuera mejor la obra. ¿Qué contestar, sin conocer el contenido completo del libro? Lo mismo sucede con la pregunta propuesta. ¿Qué nos queda por descubrir sobre la estructura, funcionamiento, leyes del universo? En realidad no lo sabemos ¿Cuál es la interrelación entre todas las leyes que determinan su funcionamiento a todos los niveles, desde la estructura más fundamental de la materia/energía (¿Puede que las cuerdas?) hasta la conciencia de las personas? Lo desconocemos. Si el conocimiento a desentrañar, a descubrir, a entender, es enorme, ¿Cómo se puede uno plantear posibles alternativas?

    En cuanto al concepto de castigo, es inherente al menos al cristianismo (Mi conocimiento de otras religiones no es tan grande como para hacer afirmaciones semejantes), porque todo el relato se fundamente en el pecado (Como supuesta ofensa a dios), y la “necesidad” de compensarlo mediante el sufrimiento (De ahí el infierno y el purgatorio, y la concepción que hemos venido a este mundo a sufrir). El cristianismo, realmente, es una filosofía de vida muy, muy triste.

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  7. Anónimo
    25 abril, 2024 a las 17:06

    Para entender el universo hay que situarse fuera del universo.

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  8. 26 abril, 2024 a las 7:37

    Ese es un comentario algo simplista. Eratóstenes de Cirene comprendió la forma de la Tierra desde dentro. Lo mismo que todos los astrónomos y astrofísicos han determinado el tamaño, forma y resto de propiedades de la Vía Láctea sin necesidad de salir siquiera de nuestro pequeño sistema solar. Y así con muchas otras cosas.

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  9. Eduardo Baldu
    26 abril, 2024 a las 8:56

    “Para entender el universo hay que situarse fuera del universo”. La frase es contradictoria. Si el universo es el conjunto de todo lo existente, no puedes estar fuera del universo, porque, por definición, no hay absolutamente nada fuera de él

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