El Islam debe estar (por supuesto) por encima de la Ciencia

En el año 2011 un joven imán británico, educado en una universidad inglesa y miembro de la prestigiosa “Royal Astronomical Society” tuvo la osadía de leer en una mezquita londinense una disertación sobre Islam y la teoría de la evolución. Como la palabra del profeta afirma que Adán fue creado directamente por Alá, imagínense el revuelo que se formó entre la feligresía. Varios de los que allí estuvieron acusaron al imán de blasfemo y apóstata, «delito» que en muchas naciones islámicas puede conllevar el castigo de la pena capital. Como el caso ocurrió en Londres, rápidamente diversos fanáticos ofendidos con la prédica consiguieron que varios imanes de diferentes países musulmanes decretaran una fatwa pidiendo la ejecución (es decir el asesinato) del blasfemo apóstata, aunque las leyes británicas no consideran delito alguno. Finalmente el incauto imán se retractó del «horrible» pecado, pidió perdón y volvió al redil de la fanática verdad asegurando que por supuesto el Corán está y estará siempre por encima de la ciencia, por lo que volvió a creer en la costilla de Adán y otras verdades incuestionables de la tres religiones del libro.

Sois ateos para poder pecar

¿A qué es un razonamiento estúpido? Lo es, pero muy abundante. De hecho casi tan frecuente de escuchar como aquellos argumentos que dicen que “los ateos no existen” o que“el ateísmo es una religión. Este razonamiento acerca de los pecados es de los más divertidos ya que para un ateo la palabra pecado no entra en su vocabulario, sólo tiene valor dentro del lenguaje figurado. Aún y así, para algunos fundamentalistas los ateos son una máquina de pecar y responsables de gran parte de los males de este mundo, presentes y pasados. Esto hace que en países como EEUU los ateos sean el colectivo peor considerado, al mismo nivel que cualquier clase maleante.

Pero contemplemos alguna estadística para ver si algunas de las conductas consideradas como pecaminosas por los creyentes son más frecuentadas por los ateos. Empecemos por el divorcio: según la organización cristiana Barna Group, en el año 1999 la tasa de divorcios entre los cristianos renacidos era del 27%, entre otros protestantes del 24% y entre los ateos del 21%. Parece que los ateos no fundamentan su descreencia en una argucia para andar divorciándose con más alegría que los creyentes.