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Posts Tagged ‘hongos’

Hongos que controlan la mente

19 junio, 2020 7 comentarios

Dentro de nuestro subjetivismo, los humanos tendemos a establecer jerarquías entre los seres vivos, de tal manera que por ejemplo los animales nos parecen «superiores» a las plantas por eso de que tienen movilidad y un cerebro más o menos desarrollado. Pero en la Naturaleza no existen estas categorías, solo adaptación y selección natural en donde ningún ser vivo puede ser considerado ni superior ni inferior a otros.

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La más que sorprendente forma de comunicarse que tienen los árboles

1 agosto, 2019 2 comentarios

Desde antiguo ha predominado la idea de que los árboles son seres vivos pasivos que se enfrentan con muy pocos recursos a los avatares de la Naturaleza de manera individual. Sin embargo, en las últimas décadas multitud de estudios científicos han venido a cambiar esa ya antigua idea preconcebida y han demostrados que los árboles, lejos de llevar una existencia solitaria, presentan un sofisticado comportamiento grupal que no sólo incluye a los miembros de su propia especie, sino también a otras especies vegetales e incluso a las más diversas familias de hongos con los que comparten una más que productiva relación simbiótica altamente eficiente, tal y como muestra el siguiente y más que interesante video.

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Parásitos (5). ¿Zombies? Pues sí y medio podridos

26 diciembre, 2013 10 comentarios

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In science we trust
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Zombies, los muertos vivientes, cadáveres medio putrefactos que se alzan de nuevo a la vida para devorar a los vivos. Se han puesto de moda últimamente, originalmente un mito vudú haitiano en el que al personal se le lavaba el cerebro para trabajar como esclavos; la mitología zombie ha evolucionado hasta convertirlos en cadáveres que vuelven a la vida bien mediante magia negra o bien mediante alguna acción química o vírica (con poco fundamente científico, realmente). Pero aún así, por muy extraño que pudiese parecer, criaturas análogas a los muertos vivientes podrían darse en la naturaleza. Seres medio consumidos cuyo lavado cerebro solo existe para servir a su parásito.

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En esta entrada veremos a los hongos del género Cordyceps, criaturas que en “La Ciencia y sus Demonios” ya han sido presentados en entradas anteriores (ver aquí y aquí); pero que tampoco podían faltar en esta serie. El nombre Cordyceps es una palabra compuesta derivada del griego y del latín. Bautizados de ese modo por el botánico sueco Elias Magnus Fries (1794 – 1878), dicho nombre deriva del término griego «cordyle» que significa algo así como ‘parecido a un garrote’; y también del término latino «ceps», derivado del latín «capitis» y que hace referencia a la cabeza. Por lo tanto, el nombre Cordyceps significaría literalmente ‘cabeza con aspecto de garrote’ y haría referencia al aspecto típico de este hongo: creciendo como un garrote desde los cadáveres de insectos (ref. 4 y 10)… Si bien habitualmente se observan creciendo sobre los cadáveres, en realidad sus gustos comienzan con algo más gore, los hongos Cordyceps atacan la carne fresca.

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Cadáver de hormiga con el cuerpo fructífero de un hongo del género Cordyceps (alias Ophiocordyceps). Crédito: The Earthy Report

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Parásitos (4). ¿La Mosca? Más aterradora es su Némesis.

17 octubre, 2013 23 comentarios

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In science we trust

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Si bien el cine trata a los científicos como locos de dudosa ética, no siempre es así, otras veces el científico aparece como una víctima inocente de experimentos que tenían un fin noble. Tal es el caso de Seth Brundle, un genio que en un accidental experimento con el teletransporte termina fusionado genéticamente con la mosca doméstica. Ese es el argumento de la película «La Mosca» («The Fly«, 1986), remake de una película del mismo nombre de 1958. No quiero destripar el final de la película, solo añadir que por un momento Seth termina siendo una criatura de pesadilla, más insecto que hombre… Pero que no os engañe su aspecto, en realidad es mucho más frágil de lo que parece.

Porque existen muchos seres terribles en la naturaleza, sobre todo si realizamos un pequeño acto de empatía con las víctimas de tales entidades. En esta entrada hablaremos de un hongo llamado Entomophthora muscae (Cohn) Fresen. Su nombre es bastante descriptivo, el término «entomo» deriva de la palabra griega «entomon» y significa ‘insecto’, aunque literalmente sería ‘cuerpo dividido por segmentos’; este término también es base de palabras como entomología, aquella rama de la biología dedicada al estudio de los insectos. Luego tenemos al término «phthora», también derivado del griego y hace referencia a la corrupción, a la destrucción y a la muerte… sí, ya empieza a dar mal rollo. Finalmente encontramos al nombre específico, «muscae», que deriva del latín y significa simplemente ‘mosca’. Con lo cual, el nombre científico de este hongo viene a significar literalmente ‘destructor y corruptor de insectos especializado en moscas’. Y es extremadamente acertado.

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Víctima y verdugo. Izquierda, ejemplar de mosca doméstica (Musca domestica Linnaeus, 1758), créd.: wikipedia. Derecha, estructuras reproductoras del hongo Entomophthora muscae (Cohn) Fresen; el color es debido a colorantes especiales, créd.: corbis

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Nuevos hallazgos sobre memoria inmunológica, hipótesis de la higiene y vacunación

11 marzo, 2013 26 comentarios

vacunacion dosis de vida sistema inmune

Cuando un individuo es infectado por cualquier microorganismo patogénico (bacterias, hongos, parásitos o virus), múltiples elementos del sistema inmune (células especializadas, proteínas, etc) actúan de forma coordinada y específica para combatir al agente invasor. Una vez eliminada la infección, una pequeña fracción de las células implicadas en este exitoso proceso de defensa inmune, denominadas células de memoria se mantienen «patrullando» dentro del torrente sanguíneo a la espera de una posible nueva invasión por parte del patógeno eliminado, de tal forma que si se produce esta reinfección, el sistema inmune puede desencadenar una respuesta contra el agente infeccioso mucho más rápida y eficaz que la primera vez. De tal forma que, muchos patógenos son únicamente capaces de producir una enfermedad grave la primera vez que entran en contacto con el sujeto paciente. Y en esta capacidad de aprendizaje o adaptación del sistema inmune es en la que se fundamenta uno de los mayores éxitos de la ciencia médica: la vacunación. Leer más…

Fotografías de la ciencia y la naturaleza: Hongo «Casco de Caballo»

10 octubre, 2010 1 comentario

Los hongos pertenecen al dominio Eukarya (Eucariota), estando separados en un reino independiente denominado Fungi. Son un grupo muy heterogéneo y polifilético: se piensa que provienen de varias líneas evolutivas diferentes. Colonizan hábitats muy diversos;  generalmente como descomponedores de materia orgánica muerta y como  simbiontes o parásitos de plantas, animales e incluso de otros hongos. Cuando fructifican, forman un esporocarpo o cuerpo fructífero que se conoce popularmente con el nombre de «seta». Sin embargo, el verdadero organismo está compuesto por una gran cantidad de filamentos microscópicos (hifas) que viven en el interior del suelo o de sus huéspedes.

Entre las más de 100.000 especies descritas, los hongos de la madera se han especializado en alimentarse a partir de la madera viva o en descomposición. Sus hifas invaden el interior del árbol y podemos observar sus cuerpos fructíferos en el exterior. Dentro de este grupo, los poliporos (Polyporaceae) suelen vivir sobre árboles vivos, mostrando algunos de ellos formas de repisa o, como en el caso de la fotografía de hoy, de «casco de caballo»; son conocidos como hongos yesqueros, debido a que eran ampliamente utilizados como yesca hasta hace pocos años. El ejemplar (probablemente un Fomes fomentarius) fue fotografiado en la Sierra de El Caurel (Lugo).

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Psicrófilos. Amantes del Frío

11 enero, 2010 10 comentarios

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Muchos organismos tienen modos de vida que superan con mucho a nuestras propias habilidades. Aún con toda la tecnología de la que disponemos. Miremos por ejemplo el frío. A la mínima caída de temperatura echamos mano de abrigos y toneladas de ropaje para no sucumbir a él. O nos buscamos refugio y encendemos una buena hoguera. O ponemos en marcha la calefacción, precisando así de un elevado gasto energético para sobrevivir a cualquier ola de frío.

En el mundo natural los seres vivos no se pueden permitir tales lujos. Y sin embargo, aún así hay seres que no solo no huyen del frío, sino han colonizado ambientes helados. Grandes cetáceos y juguetones pinnípedos navegan en aguas que rozan el punto de congelación; los osos polares salen de caza a temperaturas entre -20 y -25º C; mientras que los pingüinos emperador incuban sus huevos mientras que la temperatura ambiental no supera los 60º bajo cero, envueltos por el temible invierno antártico.

Todos estos seres poseen plumajes o pelajes, así como densas y gruesas capas de grasa que los protegen de las inclemencias del tiempo. Sin embargo, hay organismos que sin tener abrigos de piel ni capas de grasa, también sobreviven en un mundo tan gélido. Hablamos de seres cuya temperatura interna depende de la temperatura del medio externo. No se protegen del frío, sino que viven inmersos en él.

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