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La desforestación selectiva puede traernos una nueva pandemia viral


En Ecología es bien sabido que todas las especies animales y vegetales están interconectadas dentro de cada ecosistema, de tal manera que cuando una especie desaparece pueden desencadenarse en el resto consecuencias profundas a largo plazo. Y parece ser que algo así y bastante peligroso está ocurriendo en África central.

En los bosques y selvas del África central crece la Raphia farinifera, más comúnmente conocida como la palmera de la rafia. Esta planta es de rápido crecimiento y produce además hojas muy grandes, de hasta unos 10-20 metros de longitud que contienen una fibra muy fuerte que da nombre a la palmera y que se usa en cordelería y artesanía, además de para tejer sombreros, cestas, esteras, zapatos, bolsos, redes de pesca, hamacas, cortinas y textiles.

Esta R. farinifera crecía abundantemente en los bosques pantanosos de la Reserva Forestal de Budongo en Uganda jugando un papel importante en la alimentación de muchos mamíferos, ya que al descomponerse sus hojas proporcionaban una fuente de alta calidad de diferentes minerales dietéticos esenciales para la vida silvestre. Sin embargo, a partir del año 2006 el cultivo de tabaco ha aumentado notablemente en la zona debido a la creciente demanda internacional y a los incentivos que obtuvieron las empresas tabacaleras en Uganda. Como resultado, los agricultores locales (que ahora prácticamente solo cultivan tabaco) han hecho desaparecer la R. farinifera debido la sobreexplotación por su utilidad para fabricar la rafia que se necesita durante el secado de las hojas de tabaco.

De tal manera que varios tipos de mamíferos han tenido que alterar su comportamiento alimentario en respuesta a esta pérdida de una fuente primaria de sodio y de los otros oligoelementos necesarios para su supervivencia, consumiendo cada vez más fuentes alternativas como arcilla, montículos de termitas orestos en descomposición de otras especies de árboles, recursos todos ellos que contienen cantidades menores de los mencionados  oligoelementos que la palmera de la rafia. A partir del año 2017, se viene observando un creciente comportamiento nunca antes documentado por parte de varias especies de vida silvestre (chimpancés, colobos y antílopes) en Budongo: el consumo de guano de murciélago que es mucho más rico en sodio, potasio, magnesio y fósforo que las otras opciones antes comentadas. Así, tal y como muestran las siguientes fotografías

estos animales se han acostumbrado a visitar habitualmente los troncos huecos de los árboles en donde duermen los murciélagos para comerse las heces de los quirópteros y reponer así minerales.

Y en este punto el lector avispado ya puede darse cuenta de las implicaciones para la salud pública de este nuevo hábito alimenticio de estos mamíferos. Como han documentado los autores de este estudio, los análisis metagenómicos del guano de murciélago revelaron 27 nuevos virus eucariotas putativos con identidad significativa con virus conocidos de 12 familias diferentes (Coronaviridae, Dicistroviridae, Hepeviridae, Iflaviridae, Nodaviridae, Parvovirida , Picobirnaviridae, Picornaviridae, Permutotetraviridae, Polycipiviridae, Oviridae y Totiviridae) además de otros 7 virus actualmente no clasificados.

Las muestras individuales de guano analizadas contenían un promedio de 14,5 virus, siendo los virus que infectan artrópodos generalmente los más prevalentes y abundantes, aunque también identificaron entre otros coronavirus un nuevo betacoronavirus de murciélago: el virus Buhirugu 1, filogenéticamente próximo al ya tristemente famoso SARS-CoV-2.

En resumen, debido al siempre depredador sistema económico actual se ha creado un nuevo vínculo ecológico entre los peligrosos murciélagos portadores de nuevos virus y varias especies de mamíferos, entre las que se encuentran los chimpancés (nuestros primos con los que compartimos casi el 99% del genoma) abriendo la posibilidad nada desdeñable de la aparición de una nueva pandemia zoonótica. Porque sería casi de justicia divina el que, por obligar a nuestros parientes más o menos cercanos a comer heces de murciélago, los humanos acabáramos muriendo otra vez a millones.

P.D:

Y regalo un divertido, pero a la vez reflexivo video:

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  1. Anónimo
    28 abril, 2024 a las 9:18

    Cada vez que veo nuevas películas norteamericana desarrolladas en Reino Unido o películas británicas, antes decían «tenemos que viajar al continente» o «tenemos que viajar a Francia, Alemania, Italia, etc.» o «tenemos que viajar a París, Berlín, Roma, etc.», pero ahora dicen «TENEMOS QUE VIAJAR A EUROPA…», como si ellos no fuesen Europa, que lo fueron, lo son y lo serán, otra cosa distinta es que no sean (por lo menos en estos momentos), Unión Europea (o como mucho y siendo correctos, podrían decir, «tenemos que viajar al resto de Europa»), pero esto no deja de ser «curioso», por decirlo de alguna forma.

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