Un escarabajo usa huevos «señuelo» para proteger a los verdaderos frente al ataque de avispas parásitas
En muchas relaciones entre especies, entre ellas el parasitismo, suele darse un fenómeno que se denomina «carrera de armamentos» y que viene a ilustrar un fenómeno en el que las adaptaciones del parásito son contrarestadas por otras adaptaciones del hospedador dirigidas a su defensa ante el primero. Es bastante frecuente que parásito y hospedador vayan presentando adaptaciones de forma alternativa, de tal manera que podríamos hablar una «coevolución» entre ambos.
Recientemente, un estudiante de doctorado de la Universidad de Arizona ha descubierto un nuevo caso de adaptación antiparasitaria. Se trata de Mimosestes amicus (Horn 1873), un pequeño escarabajo de la familia Bruchidae que se alimenta de semillas de diversas especies vegetales en Norte y Centroamérica. M. amicus deposita sus huevos en las vainas de las propias semillas, donde son frecuentemente parasitados por avispas de la especie Uscana semifumipennis Girault, 1911, la cual deposita sus huevos dentro de los del escarabajo.
Estrictamente hablando, U. semifumipennis no se trata de un parásito, sino un parasitoide; la diferencia entre ambos estriba en que estos últimos se caracterizan por matar a su hospedador, mientras los primeros tienden a mantenerlo con vida hasta el final de su ciclo vital. Por ello, el parasitoidismo es considerado por algunos autores como una relación a caballo entre la depredación y el parasitismo. En el caso de M. amicus, ni siquiera se llega a desarrollar la larva en el huevo parasitado, eclosionando únicamente la avispa.
Pues bien, el pequeño escarabajo ha encontrado una curiosa forma de defender sus huevos ante el ataque de la avispa: deposita varios de ellos apilados uno encima de otro, de tal manera que el parasitoide infecta los huevos superiores, dejando intactos los que se encuentran en la parte inferior de la pila. El truco está en que la hembra de M. amicus es capaz de controlar la cantidad de nutrientes de cada huevo: los que deposita en la parte superior (y que son los que mayoritariamente parasita la avispa) no tienen suficientes como para permitir el desarrollo larvario. Se trata de huevos «señuelo», una novedosa estrategia para ahorrar recursos ante el parasitismo.
Joseph Deas, estudiante de doctorado del Laboratorio de la Dra. Martha Hunter, en la Universidad de Arizona, se encontró accidentalmente con el fenómeno. En el curso de sus investigaciones sobre las preferencias de puesta de las avispas parásitas, observó que sobre un huevo normal, la hembra del escarabajo depositaba otros dos o tres huevos de menor peso. El huevo inferior se mostraba similar en todo punto a cualquier otro huevo individual, mientras que los que se encontraban sobre él eran menos voluminosos, semejantes en ocasiones meras escamas.
A pesar de que el depósito de huevos «en pila» era conocido desde las priméras décadas del siglo XX, Deas comprobó que de estos huevos superiores no solían emerger larvas de escarabajos, aunque los huevos no estuvieran parasitados. Esto le llevó a pensar que se encontraba ante un mecanismo de defensa: el establecimiento de una barrera de huevos señuelo para evitar que aquel en el que la hembra había invertido mayor cantidad de nutrientes y, por lo tanto, tenía más posibilidades de eclosionar, fuera parasitado.
Joseph Deas y su directora Martha Hunter han publicado el descubrimiento en el número de septiembre de Proceedings of the Royal Society B.
Artículo original:
Joseph B. Deas and Martha S. Hunter. 2011. Mothers modify eggs into shields to protect offspring from parasitism. Proc. R. Soc. B. Published online before print September 14, 2011, doi:10.1098/rspb.2011.1585
Otras fuentes:
Es increíble el pensar la manera tan rápida e inteligente en que coevoluciona la naturaleza, muy interesante.
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Interesante artículo sobre las maravillas de la evolución
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ok buena información solo que no es lo que yo buscaba
pero por mi parte muy bien explicado todo
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