¿Microevolución, macroevolución o simplemente evolución?
Se suele entender como microevolución a la variación de las poblaciones que normalmente no produce especiación y que se deben a cambios en las frecuencias alélicas, originados por mutaciones con pequeños efectos fenotípicos, los cuales se van acumulando con el tiempo por selección natural o deriva genética. Por el contrario, el término macroevolución se reserva a cambios a mayor escala, que producen especies diferentes o incluso nuevos taxones de orden superior (familias, órdenes o incluso filos).
Sin embargo, tal división en dos «tipos» de evolución no es algo que deba aceptarse tan alegremente, puesto que conlleva importantes consecuencias. De hecho, existe un gran debate dentro de la biología evolutiva sobre la conveniencia de diferenciar dos procesos evolutivos como estos, asumiendo de algún modo que obedecen a mecanismos diferentes y producen efectos también diferenciados.
Cuando hablamos de un mismo proceso, no empleamos una denominación distinta dependiendo de la escala. Una manzana cae al suelo por la misma razón que nuestro sistema solar gira alrededor del centro galáctico: la atracción gravitatoria. Incluso con dos aproximaciones distintas, la mecánica newtoniana y la relativista, seguimos denominando al fenómeno de la misma manera. Cuando empleamos los prefijos micro y macro es, en todo caso, para indicar la magnitud del fenómeno, pero no una cualidad discontinua.
Dos posturas
Hablar entonces de microevolución y de macroevolución implica que asumimos el que se trate de dos fenómenos diferentes, producidos o explicados por causas diferentes y con efectos observables diferentes. Precisamente en este punto se centra el debate en biología evolutiva. Algunos autores opinan que la tal «macroevolución» no es más que una «microevolución» a largo plazo o en determinadas circunstancias, pero basada en idénticos mecanismos. Deberíamos, según esto, referirnos a «evolución» como un único proceso, empleando micro o macro únicamente para referirnos a la «cantidad de cambio», como hacíamos con la gravedad.
En el extremo contrario, otros investigadores piensan que la microevolución se reduce a una acumulación de pequeñas variaciones que raramente producen especiación, y aún menos la divergencia de grandes grupos o taxa. La macroevolución estaría entonces originada por otro tipo de fenómenos, tales como la selección de especies, la simbiogénesis o la transferencia horizontal de genes. Según los partidarios de esta opción, los motores microevolutivos (mutación + selección natural) no pueden por sí solos producir macroevolución.
¿Son diferentes?
Sin embargo, las cosas no están tan claras, ni los procesos tan diferenciados. Una mutación puntual, que suponga el cambio de una o unas pocas bases nitrogenadas puede suponer un pequeño cambio que excepcionalmente resulte en beneficio del portador y pueda llegar a fijarse en la población. Esto podría conferir una pigmentación algo más oscura, el pelo algo más largo o unas uñas ligeramente más grandes. Sin embargo, el mismo tipo de mutación en un gen regulador implicado en el desarrollo puede producir un efecto fenotípico enormemente pronunciado, como por ejemplo, un nuevo patrón de coloración que impida el reconocimiento durante el cortejo, la polinización o la capacidad de camuflarse.
Por otro lado, las simbiosis y la transferencia horizontal de genes producen nuevos taxa de una forma rápida y categórica. Un gasterópodo puede estar en simbiosis con organismos fotosintéticos que le permitan obtener energía de la radiación solar, pero seguir reproduciéndose con sus congéneres no simbiontes. La transferencia de genes víricos es algo muy común incluso en nuestra especie, pero no tenemos constancia de que hayan sido responsables de la aparición de ninguna de las 5.000 especies actuales de mamíferos.
El ritmo evolutivo es otro factor que tampoco resulta determinante. Asumir que una simbiogénesis es un cambio repentino resulta extremadamente aventurado. La formación de un organismo por simbiogénesis suele producirse mediante una compleja coadaptación entre ambos organismos, generalmente por etapas. Este proceso puede ser muy largo, e incluso no llegar a completarse en millones de años.
Encontramos así mutaciones con pequeños y con grandes efectos fenotípicos, simbiosis y transferencias genéticas que combinan de una forma más rápida o más lenta genotipos formados mediante graduales procesos de acumulación de mutaciones y especies originadas por un súbito cambio en la coloración junto con otras que se han separado hasta el aislamiento reproductivo mediante un proceso de alteración que ha durado millones de años.
Quizá no tanto
En la humilde opinión del que esto escribe, se tratan de unas fronteras demasiado difusas como para poder afirmar con seguridad que existan dos mecanismos evolutivos claramente diferenciados, uno que simplemente cambie el aspecto de las poblaciones y otro que diferencie insectos de gasterópodos. El problema principal, a mi modo de ver, es que no tenemos evidencias directas de la diferenciación de grandes clados. Todos los casos documentados se limitan a la aparición de nuevas especies; nunca hemos observado como surge una nueva familia o una nueva clase, mediante ningún mecanismo. Para elucidar tal divergencia solo disponemos de pruebas indirectas.
Sabemos que tanto las mutaciones puntuales como los procesos simbióticos y de transferencia de genomas son capaces de producir cambios en las poblaciones sin que se produzca una especiación repentina, pero no creo que tengamos datos suficientes como para poder descartar que cualquiera de ellos puede originar lo que hemos venido a llamar macroevolución. Que un aislamiento reproductivo originado gradualmente produzca dos unidades evolutivas separadas, las cuales con el tiempo puedan llegar a divergir de tal manera que un biólogo del futuro las considere fila diferentes, es tan probable como que un determinado tipo de mutación, una transferencias de genomas o un fenómeno de simbiogénesis produzcan una diversificación que inicie dos líneas evolutivas que continúen separando sus caminos. Ciertamente, nunca hemos visto evolucionar un ave a partir de un reptil mediante acumulación de mutaciones, pero tampoco lo hemos observado a partir de una infección vírica o una endosimbiosis.
La prostitución del creacionismo
En medio de este debate científico, tan válido como enriquecedor, los fundamentalistas religiosos disfrazados de «científicos disidentes» tratan de encontrar una brecha donde colarse. Los diseñólogos o creacionistas se han adueñado de los términos microevolución y macroevolución, utilizando la imposibilidad de reproducir en laboratorio la diferenciación de grandes taxones para abrazar los mal llamados «procesos microevolutivos», que no contradicen su interpretación literal del libro sagrado de turno, y proclamar a voz en grito que la macroevolución no existe porque nunca ha sido observada.
Sin embargo, no es esta la discusión. La macroevolución o, mejor dicho, la evolución de las formas vivas desde un antepasado común hasta producir la biodiversidad actual, es aceptada por la comunidad científica de forma prácticamente unánime. Se discuten los mecanismos, los ritmos y las formas en las que esta se ha llevado y se sigue llevando a cabo, pero nada más. Evidentemente, no hemos visto surgir a las aves a partir de dinosaurios bípedos, de igual forma que no hemos visto girar a Plutón alrededor del Sol. Sin embargo, ningún astrónomo afirma que el ex-planeta se encuentre simplemente de paso a través del sistema solar.
Estoy seguro de que si así rezaran determinadas escrituras, estaríamos hablando de microgravitación y macrogravitación para intentar hacernos comulgar con ruedas de molino.
He leído hoy una noticia que versa sobre la constatación de la teoría de la evolución. En líneas generales el estudio se llevó a cabo con los fósiles de dientes de caballos salvajes de diferentes zonas y la adaptación de éstos a las condiciones en función de los cambio climáticos. Me gustaría leer las argumentaciones contrarias a esta hipótesis que ofrecerán los «creatas», suelen ser extremadamente «creativas». Estén atentos…
Me gustaMe gusta
La macroevolución no es más que microevolución acumulada. Centímetro a centímetro se formó el océano Atlántico, que aún está ensanchándose…
Me gustaMe gusta
Yo estoy a favor de la idea de: «macroevolución=microevolución acumulada». Aunque, como bien se dice en el artículo, no hay pruebas decisivas a favor de un tipo u otro de evolución.
Saludoss.
Me gustaMe gusta
Gran artículo.
Yo como siempre pienso que de toda hay en los mecanismos de la evolución.
Desde acumulación de pequeñas mutaciones a lo largo de mucho tiempo, transferencia horizontal y simbiosis hasta algunos puntos del equilibrio puntuado. En unos casos habrá más de una cosa que de otra y viceversa, pero no veo que en toda la evolución de todas las especies no se pueda dar un poco de todo.
Me gustaMe gusta
Herbert, el equilibrio puntuado (o interrumpido) no es una teoría saltacionista sino que de hecho implica «acumulación de pequeñas mutaciones a lo largo de mucho tiempo». Según Gould, la interrupcion del equilibrio por la aparición de una nueva especie requiere decenas de miles de años o incluso más. Y después, durante la fase de estasis, también siguen acumulándose nuevas mutaciones, aunque por alguna razón estas mutaciones tienden a anularse mutuamente dando lugar al «equilibrio» en torno a un fenotipo dado.
Me gustaMe gusta
Rawandi.
lamento si me he expresado mal.
Yo me refería a que además de darse lo que todos sabemos de pequeños cambios que se suman durante mucho tiempo hasta ir dando diferentes especies, tambien se da lo que apuntaban en este mimo blog:
«Por el contrario, el Equilibrio Puntuado sostiene que las especies se mantienen en un estado de estasis, con nulos o mínimos cambios durante largos períodos de tiempo, para sufrir en determinados momentos una «explosión evolutiva» durante la que se producen grandes cambios en cortos periodos de tiempo. Además, estos cambios no producirían una especiación «lineal» como propone la teoría sintética, sino un tipo de «evolución en mosaico» o ramificada donde los rápidos cambios morfológicos originarían varias especies distintas partiendo de la forma original.»
Vamos, que hay de todo.
En cualquier caso no pretendía decir que hubiera saltos, sino que puede haber distintas especies, con distintas presiones en el entorno, que evolucionen más lenta y linealmente y otras con un patron que se ajuste más al que postula el equilibrio puntuado, que parezcan muy estsables hasta un momento dado donde se de una gran variabilidad.
De todas formas mi conocimiento de las diferentes teorías sobre mecanismos evolutivos no es muy profunda, así que gracias por corregirme si me expreso mal.
Me gustaMe gusta
¿ por que no se han encontrado registros fosiles de la evolucion ?
Me gustaMe gusta
Carlos, que tú no los hayas encontrado no significa que no existan, basta con que busques en los libros (y los observes en los museos) adecuados. A pesar de la extraordinaria dificultad que existe para que un fósil se forme he aqui un listado de fósiles de transición que se han encontrado ya: http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_transitional_fossils
Y la lista sigue creciendo 😉
Me gustaMe gusta
Hablando de evoluciones, me he encontrado con esta noticia…
http://es.noticias.yahoo.com/blogs/apuntes-naturaleza/el-organismo-vivo-m%C3%A1s-viejo-115904279.html
Me gustaMe gusta
El camaleón enano encontrado en Madagascar es un ejemplo de microevolución (valga el doble sentido). Qué cosas.
Me gustaMe gusta
Enlace a la noticia: aquí.
Me gustaMe gusta
Sin embargo, no es esta la discusión. La macroevolución o, mejor dicho, la evolución de las formas vivas desde un antepasado común hasta producir la biodiversidad actual, es aceptada por la comunidad científica… ( falacia ad populum) el modelo geocéntrico era aceptada por los cientificos de la antiguedad,la generacion espontanea y otras ya olvidadas tambien. Se discuten los mecanismos, los ritmos y las formas en las que esta se ha llevado y se sigue llevando a cabo, pero nada más(peticion de prinicipio) es menester primero que los cambios son originados por la evolucion, antes de hacer tal afirmacion.
Me gustaMe gusta
* entiendase mi referncia a evolucion , como los mecanismos y razones que le dan para explicar para los cambios observados en los organismos….
Me gustaMe gusta
solo un pequeño diente es suficiente para fundamentar algo?…o sea yo me parezco a GILBERTO….ya soy hijo de gilberto….la evolucion esta llena de falacias y contradicciones de prinipio a fin….
Me gustaMe gusta
Chiqui boy, supongo que te refieres a un pequeño diente como este:
Ya puedes volver con los de tu secta 😉
Me gustaMe gusta
Siempre que escucho/leo borregadas de este calibre me pregunto.
Que entiende la gente por cientifico?
De verdad alguien cree (sin que con esto esté restando importancia a los logros de épocas pasadas) que el pensamiento científico de hace 2500 o mas años es comparable al actual? Que la crítica, revisión y planteamientos de las teorías que se presentan son igual hoy dia que hace mas de 25 siglos?
Acaso hay hoy dia siquiera algo que presione o condicione a la ciencia y el pensamiento un 1% de lo que podía llegar a presionar o condicionar la iglesia hace 600 años?
Y en todo caso, el sistema geocentrico, para aquellos que lo usaban como modelo astronomico era correcto desde el momento que hacia cuadrar ciertos calculos que se hacian entonces. Cuando se propuso otro modelo que mejoraba el anterior y permitía mejores cálculos, cuanto tardó (muy a pesar de algunos) en extenderse?
Y por cierto, falacia ad populum será cuando la afirmacion sea falaz, no por el hecho de estar practicamente por toda la comunidad cientifica (al menos, de la que importa) aceptado tiene que ser falacia. O acaso consideras la validez del modelo heliocentrico una falacia ad populum?
Me gustaMe gusta
Marino, no te ralles, no tiene caso… ¿No te das cuenta que cacarean sin saber lo que dicen? Si hoy tuviéramos encima la presión que tuvo Galileo encima, no habríamos llegado ni al 1% de lo que sabemos. Si se intenta investigar con células madre y la Iglesia y sus lacayos ponen el grito en el cielo, por todos los dioses…
Me gustaMe gusta
Eeem! me gustaría saber si en experimentos se ha podido hacer que una especie evolucione a otra especie diferente (donde ya no puedan reproducirse) . Porque siempre los creatas me dicen que nunca se a visto evolución, solo adaptación al medio. Que los pinzones que vio Darwin siguieron siendo pinzones, no evolucionarona otra especie, que no tenemos evidencia de especiacion sino solo de adaptacion. Gracias
Me gustaMe gusta
Diego, lo primero que tienes que hacer es decirle a tus colegas creatas que se lean otro libro, además del que usan como único molde. Para empezar uno de historia (de la de verdad, no de la mitológica) y otro de ciencias naturales.
La evolución es un proceso continuo que, en general, se mueve a velocidades mucho más lenta de lo que dura una generación humana. Nosotros vemos una foto fija, del momento actual. Pero podemos reconstruir el pasado, igual que un forense puede saber si una persona estuvo en un lugar sin necesidad de la presencia de testigos.
¿Qué experimento harías para saber cómo se originó el Sol? Analizar el universo y ver como evolucionan las estrellas que nos rodean. ¿Cómo podemos saber cómo se originó un caballo? Rastreando el planeta encontramos en el registro fósil, y en él encontramos los ancestro del caballo, y cómo han variado a lo largo del tiempo. Recomienda a tus colegas creatas que visiten un buen museo de ciencias naturales, ahí encontrarán muchas pruebas de evolución.
Y todo esto te lo comento a tí Diego, que puede que lo leas con atención. Pero ya te aviso que un creata no te creerá (y esa es la palabra que tengo que usar, porque ellos no se mueven por evidencias científicas, sino por creencias). No darán por válido ningún resultado científico que contradiga la interpretación que ellos hacen del Génesis. Si bajara Jesús de los cielos y les explicara como han evolucionado los seres vivos, tampoco le creerían, volverían a crucificarlo por hereje.
EDITO: Por si estás interesado en experimentos que muestren la especiación te dejo un listado de articulos científicos donde podrás encontrarlos:
1. Ahearn, J. N. 1980. Evolution of behavioral reproductive isolation in a laboratory stock of Drosophila silvestris. Experientia. 36:63-64.
2. Boraas, M. E. 1983. Predator induced evolution in chemostat culture. EOS. Transactions of the American Geophysical Union. 64:1102.
3. Breeuwer, J. A. J. and J. H. Werren. 1990. Microorganisms associated with chromosome destruction and reproductive isolation between two insect species. Nature. 346:558-560.
4. Budd, A. F. and B. D. Mishler. 1990. Species and evolution in clonal organisms — a summary and discussion. Systematic Botany 15:166-171.
5. Bullini, L. and G. Nascetti. 1990. Speciation by hybridization in phasmids and other insects. Canadian Journal of Zoology. 68:1747-1760.
6. Butters, F. K. 1941. Hybrid Woodsias in Minnesota. Amer. Fern. J. 31:15-21.
7. Butters, F. K. and R. M. Tryon, jr. 1948. A fertile mutant of a Woodsia hybrid. American Journal of Botany. 35:138.
8. Callaghan, C. A. 1987. Instances of observed speciation. The American Biology Teacher. 49:3436.
9. Craig, T. P., J. K. Itami, W. G. Abrahamson and J. D. Horner. 1993. Behavioral evidence for host-race fromation in Eurosta solidaginis. Evolution. 47:1696-1710.
10. Crossley, S. A. 1974. Changes in mating behavior produced by selection for ethological isolation between ebony and vestigial mutants of Drosophilia melanogaster. Evolution. 28:631-647.
11. de Oliveira, A. K. and A. R. Cordeiro. 1980. Adaptation of Drosophila willistoni experimental populations to extreme pH medium. II. Development of incipient reproductive isolation. Heredity. 44:123-130.
12. de Wet, J. M. J. 1971. Polyploidy and evolution in plants. Taxon. 20:29-35.
13. del Solar, E. 1966. Sexual isolation caused by selection for positive and negative phototaxis and geotaxis in Drosophila pseudoobscura. Proceedings of the National Academy of Sciences (US). 56:484-487.
14. Dodd, D. M. B. 1989. Reproductive isolation as a consequence of adaptive divergence in Drosophila melanogaster. Evolution 43:1308-1311.
15. Dodd, D. M. B. and J. R. Powell. 1985. Founder-flush speciation: an update of experimental results with Drosophila. Evolution 39:1388-1392.
16. Feder, J. L., C. A. Chilcote and G. L. Bush. 1988. Genetic differentiation between sympatric host races of the apple maggot fly, Rhagoletis pomonella. Nature. 336:61-64.
17. Feder, J. L. and G. L. Bush. 1989. A field test of differential host-plant usage between two sibling species of Rhagoletis pomonella fruit flies (Diptera:Tephritidae) and its consequences for sympatric models of speciation. Evolution 43:1813-1819.
18. Frandsen, K. J. 1943. The experimental formation of Brassica juncea Czern. et Coss. Dansk. Bot. Arkiv., No. 4, 11:1-17.
19. Frandsen, K. J. 1947. The experimental formation of Brassica napus L. var. oleifera DC and Brassica carinata Braun. Dansk. Bot. Arkiv., No. 7, 12:1-16.
20. Galiana, A., A. Moya and F. J. Alaya. 1993. Founder-flush speciation in Drosophila pseudoobscura: a large scale experiment. Evolution. 47432-444.
21. Gottleib, L. D. 1973. Genetic differentiation, sympatric speciation, and the origin of a diploid species of Stephanomeira. American Journal of Botany. 60: 545-553.
22. Halliburton, R. and G. A. E. Gall. 1981. Disruptive selection and assortative mating in Tribolium castaneum. Evolution. 35:829-843.
23. Hurd, L. E., and R. M. Eisenberg. 1975. Divergent selection for geotactic response and evolution of reproductive isolation in sympatric and allopatric populations of houseflies. The American Naturalist. 109:353-358.
24. Karpchenko, G. D. 1927. Polyploid hybrids of Raphanus sativus L. X Brassica oleraceae L. Bull. Appl. Botany. 17:305-408.
25. Karpchenko, G. D. 1928. Polyploid hybrids of Raphanus sativus L. X Brassica oleraceae L. Z. Indukt. Abstami-a Verenbungsi. 48:1-85.
26. Knight, G. R., A. Robertson and C. H. Waddington. 1956. Selection for sexual isolation within a species. Evolution. 10:14-22.
27. Koopman, K. F. 1950. Natural selection for reproductive isolation between Drosophila pseudoobscura and Drosophila persimilis. Evolution. 4:135-148.
28. Lokki, J. and A. Saura. 1980. Polyploidy in insect evolution. In: W. H. Lewis (ed.) Polyploidy: Biological Relevance. Plenum Press, New York.
29. Macnair, M. R. and P. Christie. 1983. Reproductive isolation as a pleiotropic effect of copper tolerance in Mimulus guttatus. Heredity. 50:295-302.
30. McPheron, B. A., D. C. Smith and S. H. Berlocher. 1988. Genetic differentiation between host races of Rhagoletis pomonella. Nature. 336:64-66.
31. Meffert, L. M. and E. H. Bryant. 1991. Mating propensity and courtship behavior in serially bottlenecked lines of the housefly. Evolution 45:293-306.
32. Owenby, M. 1950. Natural hybridization and amphiploidy in the genus Tragopogon. Am. J. Bot. 37:487-499.
33. Pasterniani, E. 1969. Selection for reproductive isolation between two populations of maize, Zea mays L. Evolution. 23:534-547.
34. Rabe, E. W. and C. H. Haufler. 1992. Incipient polyploid speciation in the maidenhair fern (Adiantum pedatum, adiantaceae)? American Journal of Botany. 79:701-707.
35. Rice, W. R. 1985. Disruptive selection on habitat preference and the evolution of reproductive isolation: an exploratory experiment. Evolution. 39:645-646.
36. Rice, W. R. and E. E. Hostert. 1993. Laboratory experiments on speciation: What have we learned in forty years? Evolution. 47:1637-1653.
37. Rice, W. R. and G. W. Salt. 1988. Speciation via disruptive selection on habitat preference: experimental evidence. The American Naturalist. 131:911-917.
38. Rice, W. R. and G. W. Salt. 1990. The evolution of reproductive isolation as a correlated character under sympatric conditions: experimental evidence. Evolution. 44:1140-1152.
39. Ringo, J., D. Wood, R. Rockwell, and H. Dowse. 1989. An experiment testing two hypotheses of speciation. The American Naturalist. 126:642-661.
40. Shikano, S., L. S. Luckinbill and Y. Kurihara. 1990. Changes of traits in a bacterial population associated with protozoal predation. Microbial Ecology. 20:75-84.
41. Smith, D. C. 1988. Heritable divergence of Rhagoletis pomonella host races by seasonal asynchrony. Nature. 336:66-67.
42. Soltis, D. E. and P. S. Soltis. 1989. Allopolyploid speciation in Tragopogon: Insights from chloroplast DNA. American Journal of Botany. 76:1119-1124.
43. Vrijenhoek, R. C. 1994. Unisexual fish: Model systems for studying ecology and evolution. Annual Review of Ecology and Systematics. 25:71-96.
44. Waring, G. L., W. G. Abrahamson and D. J. Howard. 1990. Genetic differentiation in the gall former Eurosta solidaginis (Diptera:Tephritidae) along host plant lines. Evolution. 44:1648-1655.
45. Weinberg, J. R., V. R. Starczak and P. Jora. 1992. Evidence for rapid speciation following a founder event in the laboratory. Evolution. 46:1214-1220.
Me gustaMe gusta
¿ Alguna evidencia empirica de MACROevolucion ?
Me gustaMe gusta
http://lacienciaysusdemonios.com/el-huerto-evolutivo/
Y en la intervenciòn anterior a la tuya, 44 citas de textos … todo para que leas sobre las evidencias y las bases de la teorìa
Si el artìculo no te fue suficiente … 🙂
Me gustaMe gusta
Alberto Tauré dice: ¿ Alguna evidencia empirica de MACROevolucion ?
Sí, aquí tienes unas cuantas:
Ahearn, J. N. 1980. Evolution of behavioral reproductive isolation in a laboratory stock of Drosophila silvestris. Experientia. 36:63-64.
Boraas, M. E. 1983. Predator induced evolution in chemostat culture. EOS. Transactions of the American Geophysical Union. 64:1102.
Breeuwer, J. A. J. and J. H. Werren. 1990. Microorganisms associated with chromosome destruction and reproductive isolation between two insect species. Nature. 346:558-560.
Budd, A. F. and B. D. Mishler. 1990. Species and evolution in clonal organisms — a summary and discussion. Systematic Botany 15:166-171.
Bullini, L. and G. Nascetti. 1990. Speciation by hybridization in phasmids and other insects. Canadian Journal of Zoology. 68:1747-1760.
Butters, F. K. 1941. Hybrid Woodsias in Minnesota. Amer. Fern. J. 31:15-21.
Butters, F. K. and R. M. Tryon, jr. 1948. A fertile mutant of a Woodsia hybrid. American Journal of Botany. 35:138.
Callaghan, C. A. 1987. Instances of observed speciation. The American Biology Teacher. 49:3436.
Craig, T. P., J. K. Itami, W. G. Abrahamson and J. D. Horner. 1993. Behavioral evidence for host-race fromation in Eurosta solidaginis. Evolution. 47:1696-1710.
Crossley, S. A. 1974. Changes in mating behavior produced by selection for ethological isolation between ebony and vestigial mutants of Drosophilia melanogaster. Evolution. 28:631-647.
de Oliveira, A. K. and A. R. Cordeiro. 1980. Adaptation of Drosophila willistoni experimental populations to extreme pH medium. II. Development of incipient reproductive isolation. Heredity. 44:123-130.
de Wet, J. M. J. 1971. Polyploidy and evolution in plants. Taxon. 20:29-35.
del Solar, E. 1966. Sexual isolation caused by selection for positive and negative phototaxis and geotaxis in Drosophila pseudoobscura. Proceedings of the National Academy of Sciences (US). 56:484-487.
Dodd, D. M. B. 1989. Reproductive isolation as a consequence of adaptive divergence in Drosophila melanogaster. Evolution 43:1308-1311.
Dodd, D. M. B. and J. R. Powell. 1985. Founder-flush speciation: an update of experimental results with Drosophila. Evolution 39:1388-1392.
Feder, J. L., C. A. Chilcote and G. L. Bush. 1988. Genetic differentiation between sympatric host races of the apple maggot fly, Rhagoletis pomonella. Nature. 336:61-64.
Feder, J. L. and G. L. Bush. 1989. A field test of differential host-plant usage between two sibling species of Rhagoletis pomonella fruit flies (Diptera:Tephritidae) and its consequences for sympatric models of speciation. Evolution 43:1813-1819.
Frandsen, K. J. 1943. The experimental formation of Brassica juncea Czern. et Coss. Dansk. Bot. Arkiv., No. 4, 11:1-17.
Frandsen, K. J. 1947. The experimental formation of Brassica napus L. var. oleifera DC and Brassica carinata Braun. Dansk. Bot. Arkiv., No. 7, 12:1-16.
Galiana, A., A. Moya and F. J. Alaya. 1993. Founder-flush speciation in Drosophila pseudoobscura: a large scale experiment. Evolution. 47432-444.
Gottleib, L. D. 1973. Genetic differentiation, sympatric speciation, and the origin of a diploid species of Stephanomeira. American Journal of Botany. 60: 545-553.
Halliburton, R. and G. A. E. Gall. 1981. Disruptive selection and assortative mating in Tribolium castaneum. Evolution. 35:829-843.
Hurd, L. E., and R. M. Eisenberg. 1975. Divergent selection for geotactic response and evolution of reproductive isolation in sympatric and allopatric populations of houseflies. The American Naturalist. 109:353-358.
Karpchenko, G. D. 1927. Polyploid hybrids of Raphanus sativus L. X Brassica oleraceae L. Bull. Appl. Botany. 17:305-408.
Karpchenko, G. D. 1928. Polyploid hybrids of Raphanus sativus L. X Brassica oleraceae L. Z. Indukt. Abstami-a Verenbungsi. 48:1-85.
Knight, G. R., A. Robertson and C. H. Waddington. 1956. Selection for sexual isolation within a species. Evolution. 10:14-22.
Koopman, K. F. 1950. Natural selection for reproductive isolation between Drosophila pseudoobscura and Drosophila persimilis. Evolution. 4:135-148.
Lokki, J. and A. Saura. 1980. Polyploidy in insect evolution. In: W. H. Lewis (ed.) Polyploidy: Biological Relevance. Plenum Press, New York.
Macnair, M. R. and P. Christie. 1983. Reproductive isolation as a pleiotropic effect of copper tolerance in Mimulus guttatus. Heredity. 50:295-302.
McPheron, B. A., D. C. Smith and S. H. Berlocher. 1988. Genetic differentiation between host races of Rhagoletis pomonella. Nature. 336:64-66.
Meffert, L. M. and E. H. Bryant. 1991. Mating propensity and courtship behavior in serially bottlenecked lines of the housefly. Evolution 45:293-306.
Owenby, M. 1950. Natural hybridization and amphiploidy in the genus Tragopogon. Am. J. Bot. 37:487-499.
Pasterniani, E. 1969. Selection for reproductive isolation between two populations of maize, Zea mays L. Evolution. 23:534-547.
Rabe, E. W. and C. H. Haufler. 1992. Incipient polyploid speciation in the maidenhair fern (Adiantum pedatum, adiantaceae)? American Journal of Botany. 79:701-707.
Rice, W. R. 1985. Disruptive selection on habitat preference and the evolution of reproductive isolation: an exploratory experiment. Evolution. 39:645-646.
Rice, W. R. and E. E. Hostert. 1993. Laboratory experiments on speciation: What have we learned in forty years? Evolution. 47:1637-1653.
Rice, W. R. and G. W. Salt. 1988. Speciation via disruptive selection on habitat preference: experimental evidence. The American Naturalist. 131:911-917.
Rice, W. R. and G. W. Salt. 1990. The evolution of reproductive isolation as a correlated character under sympatric conditions: experimental evidence. Evolution. 44:1140-1152.
Ringo, J., D. Wood, R. Rockwell, and H. Dowse. 1989. An experiment testing two hypotheses of speciation. The American Naturalist. 126:642-661.
Shikano, S., L. S. Luckinbill and Y. Kurihara. 1990. Changes of traits in a bacterial population associated with protozoal predation. Microbial Ecology. 20:75-84.
Smith, D. C. 1988. Heritable divergence of Rhagoletis pomonella host races by seasonal asynchrony. Nature. 336:66-67.
Soltis, D. E. and P. S. Soltis. 1989. Allopolyploid speciation in Tragopogon: Insights from chloroplast DNA. American Journal of Botany. 76:1119-1124.
Vrijenhoek, R. C. 1994. Unisexual fish: Model systems for studying ecology and evolution. Annual Review of Ecology and Systematics. 25:71-96.
Waring, G. L., W. G. Abrahamson and D. J. Howard. 1990. Genetic differentiation in the gall former Eurosta solidaginis (Diptera:Tephritidae) along host plant lines. Evolution. 44:1648-1655.
Weinberg, J. R., V. R. Starczak and P. Jora. 1992. Evidence for rapid speciation following a founder event in the laboratory. Evolution. 46:1214-1220.
Me gustaMe gusta
Hola Alberto
Acá tenés algo…http://www.talkorigins.org/faqs/comdesc/
Ahora, yo te pregunto, ¿alguna evidencia de la Creación Especial?.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Hola! sobre los casos de especiación .. Uff hay mucha información. Pero tengo una duda (Gracias a una discusión con un creacionista) ¿Hay evidencia de que mutaciones incrementen la información genética? ¿Se han realizado estudios?
Me gustaMe gusta
Diego, la propia especiación es una evidencia de que las mutaciones incrementan la información genética.
Me gustaMe gusta
Diego, el problema es que los creacionistas no saben lo que es la «información». Una mutación es un cambio de información. Si el número de genes no varía, no cambia la cantidad. Otras mutaciones implican la duplicación de algún gen. En ese caso, tienes un aumento de información.
Me gustaMe gusta
Diego, acá tenés un poco de información…
http://www.academia.edu/212405/Speciation_theories_models_and_controversies
Me gustaMe gusta