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Por qué detesto los amuletos

17 enero, 2011

Debo advertir que esta no es una entrada sobre divulgación científica. No voy a aportar datos de nuevos descubrimientos, ni a explicar un concepto de biología evolutiva particularmente farragoso. Por el contrario, lo que voy a tratar de exponer es mi opinión personal -y por lo tanto discutible- sobre uno de los tópicos que suele ser consenso incluso entre muchos escépticos: lo inofensivo de llevar un amuleto o de confiar en la suerte.

Muchas veces he criticado panes de San Cucufato que han de esconderse en una armario de la cocina, colgantes de la fortuna que se deben llevar cerca del corazón o pulseras indias que dan buenas vibraciones. Y la mayoría de estas veces me he encontrado con la típica pregunta: «¿Por qué te molesta, si no hace mal a nadie?» Pues bien, creo que sí hacen mal. Mucho mal. Quizá no un daño físico, como ciertas magufadas de terapias alternativas, pero confiar, aunque sea solo «por si acaso» en que un abalorio, una oración o un mantra hindú va a atraer hacia nosotros la buena suerte, resulta nefasto.

La vida es un continuo reto en el que cualquier decisión puede tener unos resultados insospechados. Todos los días estamos tomando decisiones y la forma en que éstas afectan a nuestro futuro en su conjunto es impredecible. Cuando nos encontramos ante un dilema o una situación delicada, adoptar una u otra estrategia puede significar una diferencia tan brutal como seguir viviendo o morir. En las especies que poseemos una capacidad intelectual que nos permite adoptar diferentes opciones ante un mismo problema, la capacidad de elección forma parte del abanico de adaptaciones que nos otorga una gran plasticidad en las reacciones frente al medio. Esto se trata, sin duda alguna, de una enorme ventaja frente a sistemas nerviosos menos complejos, donde sólo cabe una vía de acción y reacción. Una polilla morirá agotada girando alrededor de nuestra lámpara, dado que el estímulo «luz» sólo puede provocar en ella atracción, sin discusión ni opciones de elección algunas. Nosotros, al igual que otros animales, podemos llegar a elegir entre dirigirnos al estímulo o no hacerlo, basándonos en otros muchos aspectos que una polilla no puede considerar. Es cierto que no hemos abandonado nuestros instintos más antiguos, y en ciertos aspectos y momentos no nos diferenciamos mucho de una mariposa, pero sería falso no reconocer que nuestra capacidad de elección va un poco más allá.

Pero mucho cuidado: no estoy diciendo que nos hayamos liberado del dictado de nuestros genes y que estemos por encima de los estímulos del medio que nos rodea. Sólo afirmo que nuestra forma de reaccionar ante ellos se basa en una evaluación de los condicionantes, las posibilidades y los probables resultados de nuestra acción, algo tan «natural» como la atracción de la polilla por la luz.

En su formulación más básica, esta capacidad de elección puede ser de gran utilidad cuando un perro no se acerca a la comida que tenemos en nuestra mano, dado que evalúa el riesgo que suponemos y lo pone por encima del deseo de alimentarse, algo que jamás hará un escarabajo. En nuestra especie, podemos rechazar la reproducción a la que nos avocan nuestros genes por una serie de condicionantes culturales que son imposibles de entender para un caballo.

Como decía, todo ello es producto de cómo nos enfrentamos al medio. El Homo sapiens dispone de una estrategia de resolución de problemas bastante desarrollada con respecto a otras especies, únicamente comparable con algunos primates y otros mamíferos como los delfines, aunque en mucho menor grado. Desde los orígenes de nuestra especie, los humanos hemos medrado a golpe de resolver mediante la inteligencia lo que nuestras capacidades físicas y nuestros instintos eran incapaces de solucionar. Somos solucionadores de problemas, y esta es una característica fundamental para entender el éxito de nuestra especie. Por ello, algunos autores afirman que el método científico no es un simple invento cultural, sino una forma de trabajar arraigada en nuestra especie. Así hemos conseguido que, mientras nuestros parientes más cercanos se encuentran confinados a sus hábitats originales, nosotros hayamos podido colonizar todo el planeta e incluso salir fuera de él. Gracias a estas capacidades podemos curarnos como ninguna otra especie puede hacerlo, podemos alargar nuestra vida -como hemos hecho hasta doblarla-, podemos vivir cómodamente en las peores condiciones ambientales imaginables.

Pues bien, la magia, los amuletos, la confianza en la buena suerte o en la intercesión de un ser todopoderoso, representan todo lo contrario. Cuando confío en que situando determinada plantita en mi cocina o llevando una figurita en mi bolsillo voy a resolver mis problemas económicos, no estoy haciendo algo inofensivo. Por el contrario, estoy sentándome a esperar que otros resuelvan mis problemas. Estoy confiando en que mi deidad (sea religiosa, mágica o energética) venga a sacarme las castañas del fuego.

Si soy albañil en paro, ningún amuleto me va a ofrecer trabajo. Si, por el contrario, analizo por qué mi especialidad (o mi falta de especialidad) no es demandada, si me reciclo, si me pongo a pergeñar nuevas formas de ganarme la vida, es muy posible que obtenga más resultados que si me dedico a encender velas y a esperar que el problema se solucione solo.

Se que muchos diréis que una cosa no quita la otra, y que mucha gente porta una pata de conejo mientras se presenta a unas oposiciones. Es cierto, y también lo es el que existen grados en esta confianza en la suerte, y no todos son igual de nefastos. Sin embargo, mantengo que la «inocente» tradición de llevar un muñequito, una moneda de la suerte o un bolígrafo determinado a un examen no es inocua, no es algo anecdótico sin consecuencias. Por el contrario, pienso que se trata de una cesión a la irracionalidad y a la desconfianza en uno mismo. Se trata de un resquicio por el que se nos escapa la convicción de que nosotros somos los protagonistas de nuestra vida y que nuestra capacidad es la que nos hará alcanzar nuestros objetivos.

Demasiada gente ha vivido existencias miserables esperando un favor divino, colgando muérdago en sus puertas o pintando arcanos sobre sus paredes. La suerte no existe, ni mucho menos puede atraerse. No son unas gemas iridiscentes las que nos permitirán ser felices, sino nuestra capacidad de enfrentarnos a los problemas y de convivir con los demás.

No nos sentemos en el bar a esperar que cambie la racha y un millonario promotor nos ofrezca el contrato de nuestros sueños. Nuestros antepasados no cazaron mamuts, desarrollaron la rueda y dominaron el fuego porque sus ídolos o sus talismanes les soplaran la solución, sino porque mientras los portaban se dedicaron a pensar. Aprendamos de ello y abandonemos los amuletos, no la capacidad de analizar y resolver lo que el entorno nos muestra cada día.

  1. KC
    17 enero, 2011 a las 7:25

    Por el contrario, pienso que se trata de una cesión a la irracionalidad y a la desconfianza en uno mismo. Se trata de un resquicio por el que se nos escapa la convicción de que nosotros somos los protagonistas de nuestra vida y que nuestra capacidad es la que nos hará alcanzar nuestros objetivos.

    Bingo. Y todo ello tiene una causa inconsciente, porque si fuéramos realmente conscientes no lo haríamos (aunque es verdad que aún siéndolos, es perfectamente posible seguir haciéndolo -llevar amuletos, me refiero-).

    En cuanto al título, creo que estaría mejor «por qué» que «porqué».

    Saludos.

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  2. KC
    17 enero, 2011 a las 7:30

    Su receta es obtenida a partir de estudios basados en antiguas formulas alquímicas, diversas terapias alternativas, aromaterapia, herboristería y los mas recientes avances de la física cuantica.

    Lo acabo de leer en uno de los anuncios que salen por aquí. Me gustaría saber quién financia estudios de física cuántica para hacer un jabón.

    Propongo una nueva serie sobre los productos que se ofertan en tío Google 😀

    Saludos.

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  3. 17 enero, 2011 a las 7:52

    KC :

    Propongo una nueva serie sobre los productos que se ofertan en tío Google :D

    Saludos.

    Pues no es mala idea 😆

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  4. 17 enero, 2011 a las 7:55

    No estoy del todo de acuerdo. Como bien dices, somos una especie que resuelve problemas. Pero hay situaciones que escapan a nuestro control, que dependen de la suerte -o en gran parte. Lo racional sería decir que como no dependen de nosotros no hay nada que hacer, pero no nos podemos quedar de brazos cruzados. Así que la gente reza, utiliza amuletos y otras zarandajas.

    Es decir, muchas veces utilizar amuletos no es sentarse a que nos solucione los problemas, sino un intento de hacer algo por domesticar la suerte. Evidentemente no va a funcionar, pero el individuo creerá que lo ha intentado todo.

    No es casualidad que las profesiones en las que más interviene la suerte sean las que tienen más ritos, supersticiones y amuletos.

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  5. Aoi Neko
    17 enero, 2011 a las 9:14

    En el fondo de la cuestión estoy deacuerdo, y no es para nada racional confiar en amuletos, aunque sea «por si acaso».

    Sin embargo, si bien es cierto que somos la especie con más capacidad de pensamiento racional, aún somos bastante irracionales, y tomamos muchas decisiones sobre lo que nos dicta la intuición y luego las racionalizamos (esto es una opinión mía).

    No se si puede ser positivo o no, y desde luego no es nada racional, pero un amuleto, o cualquier objeto que tenga cierto significado personal puede resultar efectivo para reforzar una decisión o actitud hacia la vida: un amuleto de la suerte puede inspirar sentimiento de confianza para tomar alguna decisión o superar alguna dificultad, una alianza simboliza la unión con la pareja, y lo mismo que quien lleva siempre consigo un símbolo religioso.

    Si me compro una camiseta que ponga «Soy escéptica. Viva la razón», porque quiero serlo y reforzar mi actitud racional, ¿sería distinto?

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  6. ateoporsuerte
    17 enero, 2011 a las 9:25

    yo que me reputo una persona escéptica y crítica, también me encuentro en posesión de algunos amuletos. tanto si es para realizar una tarea profesional o una actividad deportiva, tengo una serie de herramientas, accesorios y medios que son fetiche, con las que se por cierto que no tendré la posibilidad de encontrarme en un apuro. ciertamente no estoy abogando a ocultas y misteriosas energías, más bien a una planificación basada en la experiencia, pero al fin la relación de «dependencia» con el objeto sigue existiendo. de entre los muchos lectores del blog, cuantos no habéis tenido una calculadora o escalímetro o vademécum «de la suerte»? ese fetiche que al tenerlo al lado te daba ese punto de tranquilidad en un examen? y seguro que antes del mismo examen no habéis confiado en que la Oregón de aprendiese la lección por vosotros.
    nos parecen muy lejos esos homínidos que adoraban las estatuillas de los antepasados, pero ahora en las carteras tenemos fotos de las personas queridas.
    no creo sea tan malo el tener un amuleto en sí, la actitud que tomemos nosotros sí que puede ser nefasta.

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  7. 17 enero, 2011 a las 10:17

    «En mi experiencia, la suerte no existe».

    Lo siento, pero tenía que soltarlo 😛

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  8. Miguel
    17 enero, 2011 a las 10:40

    ¿eres consciente de que cada vez que escribes un artículo sale publicidad de esoterismo y demás cosas? jajajajaja dulce ironía

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  9. 17 enero, 2011 a las 12:26

    Recuerdo haber visto algún programa de Punset en referencia a este tema muy interesante (tal vez ande por YouTube..). No cabe ninguna duda que existe una «vertiente animista» en todos estos comportamientos, ya que «proveemos de vida» a un determinado utensilio dotándolo de determinados «poderes espirituales» ó «mágicos».

    Lamento decirlo, pero tiene muy poco de racionalidad, ya que existen otros modos de plantearse sus «supuestas aportaciones».

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  10. 17 enero, 2011 a las 14:32

    Palimp :

    Es decir, muchas veces utilizar amuletos no es sentarse a que nos solucione los problemas

    Ciertamente no siempre, porque con ese doble rasero que nos caracteriza también como especie, muchas veces llevamos una pata de conejo a una maratón después de haber estado entrenando todo el año. Lógicamente, no podremos acusar al corredor de «sentarse a esperar la suerte», pero estas prácticas llevan a confiar más en el destino, la suerte o la intercesión de poderes superiores que en nuestras propias capacidades.

    Saludos.

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  11. Nelson
    17 enero, 2011 a las 15:32

    Y los poderes superiores no contestan el teléfono.
    Creo que fue Skinner quien vio en sus cajas problema que incluso los animales podían desarrollar supersticiones. Si les daba comida a tiempo fijo no importa lo que hicieran, los bichos se ponían a repetir justo lo que estaban haciendo al momento de caer la comida. Ese lado animal lo compartimos; la capacidad de confundir coincidencia con causa y efecto. Lo netamente humano es nuestra capacidad de «humanizar» lo inanimado, atribuyéndole sentimientos humanos al sol, la luna y hasta las piedras, para luego ir un paso más e inventarnos seres mágicos que gobiernan el cosmos. De ahí a confiar en esos seres mágicos hay un solo paso, y mientras la vida se nos pasa de largo, seguimos esperando que los seres mágicos contesten el teléfono.

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  12. Aitor
    17 enero, 2011 a las 15:39

    Yo creo que el origen de la suerte es parte del conocimiento cientifico, y esto ya cuando algo sale bien sin ser conscientes de porque ha salido bien tendemos a repetirlo para que siga dandonos suerte y nos vuelva. La repetición yo la considero como parte de metodo cientifico porque a partir de esta se puede deducir el hecho desconocido. Con el tiempo y la observación se comprueba porque a salido bien y se deshecha la parte mistica del asunto el problema es cuando la gente le da más importancia a la suerte que a la observación

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  13. getatrip
    17 enero, 2011 a las 16:07

    Una entrada interesante. Pero mas interesante me resulto encontrarme justo al final del post spam de «tarot 2011 predicciones». Algo irónico.

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  14. 17 enero, 2011 a las 16:11

    Yo también odio los amuletos (breve y sintético pero tb yo tenía que decirlo).

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  15. 17 enero, 2011 a las 16:31

    getatrip :

    Una entrada interesante. Pero mas interesante me resulto encontrarme justo al final del post spam de “tarot 2011 predicciones”. Algo irónico.

    Ya te digo… estamos intentando filtrar este tipo de anuncios, paciencia 👿

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  16. Ignacio
    17 enero, 2011 a las 16:32

    Profesor Hernández:
    Entiendo su razonamiento filosófico, pero no lo comparto.

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  17. 17 enero, 2011 a las 17:22

    Ignacio :

    Profesor Hernández:
    Entiendo su razonamiento filosófico, pero no lo comparto.

    Si todos pensáramos igual, sería muy aburrido 😉

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  18. Owen
    17 enero, 2011 a las 19:57

    Buen artículo sobre el mal que causan los amuletos en uno mismo, pero creo que te ha faltado comentar los males que pueden causar sobre los demás. Es decir, sobre los niños o adultos desesperados, que nos ven llevando los amuletos, confiando en ellos y persistiendo en nuestra inacción, y piensan que es la manera normal de proceder y nos imitan. Cuántas niñas llevan la cadenita con una crucecita o un sagrado corazón, porque se la ha regalado su madre o su abuela. Cuántos niños llevan la pata de conejo porque su hermano mayor lleva una…

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  19. 17 enero, 2011 a las 23:19

    Cierto, Owen, como buen meme, se transmite facilmente…

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  20. Roberto
    18 enero, 2011 a las 22:19

    tenía razón mi abuelita cuando decía «a dios rogando y con el mazo dando»

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  21. smunk
    19 enero, 2011 a las 21:57

    Nelson :
    Ese lado animal lo compartimos; la capacidad de confundir coincidencia con causa y efecto.

    http://es.xkcd.com/strips/correlacion/

    Si bien estoy de acuerdo en el odio a los amuletos y a la actitud de ponerle la monedita a San Pancracio, también pienso que lo que comentas de el bolígrafo en los exámenes o esas cosas a veces simplemente es por el hecho de cogerle afecto, yo por ejemplo conservo el boli bic con el que aprobé todo 1º de Teleco, pero no por creer que me de suerte sino por recuerdos, lo tengo en la mesa y a veces cuando me desespero con alguna asignatura y creo no ser capaz, mirar para el y recordar como me sentía en 1º me da «fuerzas», entonces en cierto modo es un amuleto, aunque desde luego si no estudio va aprobar SAN PETER.

    P.D. Hice todo los exámenes con el mismo boli de casualidad.

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  22. Monica
    20 enero, 2011 a las 15:03

    No Estoy de acuerdo con la forma de enfocar el tema, me parece que el futuro es impredecible solo cuando tu le dejas que se manifieste cada dia solo, en lugar de eso puedes cada dia enfocar tu energia en crear tu dia, es decir tu vida y por lo tanto asentir que ese dia es bueno y por lo tanto el resultado es predecible por ti y no por lo que la gente le llama el «destino», porque en realidad tu destino esta escrito si no haces nada por el, pero si tomas tu vida y la haces como quieres que esta sea entonces eres quien comanda el barco, por otro lado si quieres darle un tanto de energia tuya a «un amuleto», pero crees que esa energia viene de «….» bueno entonces no estas creyendo que puedes hacer cosas por ti y solo por ti, es alguien mas o algo mas…. en eso pues bueno es tu desicion, si pronuncias un mantra, le estas diciendo a tu inconcuente (que no tiene ningun sentido del humor, y se lo toma todo en serio) que no puedes hacer o dejar de hacer algo, entonces te cree y asi sera porque ese es el mago de la lampara, es nuestro mago interno que nos cumple los deseos. si el «mantra» que usas cada dia es para decir lo bueno que sera el dia, ese mensaje el inconciente te lo cree y punto y el dia sera MUY BUENO, y si dices el mantra pero no te lo crees ni tu entonces tu inconciente cree lo que estas sintiendo y dice si no sera bueno aunque digas lo que digas….. ESE ES EL DESTINO… y no los amuletos….
    saludos y un muy buen dia tengan lo que tengan como compañia o proteccion

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  23. 20 enero, 2011 a las 15:14

    Mónica dice en lugar de eso puedes cada dia enfocar tu energia en crear tu dia, es decir tu vida y por lo tanto asentir que ese dia es bueno y por lo tanto el resultado es predecible por ti

    Y si tú enfocas bien el día, pero el piloto del avión que has de tomar para ir al trabajo no lo hace ¿como puede acabar la historia? 😉

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  24. Pablo
    22 enero, 2011 a las 1:05

    Manuel :
    Mónica dice en lugar de eso puedes cada dia enfocar tu energia en crear tu dia, es decir tu vida y por lo tanto asentir que ese dia es bueno y por lo tanto el resultado es predecible por ti
    Y si tú enfocas bien el día, pero el piloto del avión que has de tomar para ir al trabajo no lo hace ¿como puede acabar la historia?

    Pero en ese caso ya depende de quien va de piloto, ahí no puedes intervenir tú.
    Aún así, NO INFLUYE la suerte, lo que pasó fue que el piloto iba drogado, borracho y con sueño después de bailar beber y fumar toda la noche xD

    No podemos hecharle la culpa a la suerte si tenemos un accidente automivilistico, en bicicleta o en avión, es culapa de quien se pasó la calle con luz roja, de quien iba borracho o de la poca experiencia del piloto del avión ante turbulencias en el aire

    PD: Si tomas avion para ir a trabajar, debes ser un alto ejecutivo bancario o de alguna importante empresa trasnacional, sino no me lo explico xD

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  25. luchogonzales
    22 enero, 2011 a las 1:36

    El abandono total a los íconos solo lleva a la muerte, en pocos años la selección natural haría su trabajo y eliminaría a dicho individuo y a toda su potencial descendencia. Sin embargo, entiendo que el ser humano necesita certezas que lo animen a emprender sus grandes proyectos, otros simplemente se arman de valor y cruzan por ejemplo el océano Atlántico en una caravela.
    El hecho es que algunos sentimos que el universo tiene un orden natural algo asi como una voluntad divina con la cual esperamos sintonizar para que se sucedan las cosas que deben suceder.

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  26. 22 enero, 2011 a las 9:04

    Si tomas avion para ir a trabajar, debes ser un alto ejecutivo bancario o de alguna importante empresa trasnacional

    Alto ejecutivo de una empresa farmacéutica, eso lo saben todos los magufos que visitan este blog 😀

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  27. 22 enero, 2011 a las 9:22

    El abandono total a los íconos solo lleva a la muerte, en pocos años la selección natural haría su trabajo y eliminaría a dicho individuo

    Lucho, ¿y eso como lo sabes?. El camino que sigue la evolución no es facilmente predecible.

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  28. 22 enero, 2011 a las 15:27

    luchogonzales :

    El hecho es que algunos sentimos que el universo tiene un orden natural algo asi como una voluntad divina con la cual esperamos sintonizar para que se sucedan las cosas que deben suceder.

    Precisamente a eso me refiero cuando digo que los amuletos son nefastos. Confiar nuestra vida a cómo sintonicemos con la voluntad divina del universo es dejarla en manos del azar, en lugar de trabajar para alcanzar nuestros objetivos. Curaremos el SIDA después de dedicar millones a la investigación, a formar jóvenes investigadores, a destinar recursos y esfuerzos bien planificados. No lo conseguiremos a base de recitar mantras para entrar en consonancia con el orden natural del universo.

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  29. luchogonzales
    22 enero, 2011 a las 16:52

    Manuel :
    El abandono total a los íconos solo lleva a la muerte, en pocos años la selección natural haría su trabajo y eliminaría a dicho individuo
    Lucho, ¿y eso como lo sabes?. El camino que sigue la evolución no es facilmente predecible.

    Es una cuestión de lógica, Darwin dio la primera luz, la evolución es un privilegio dado a los más competentes de una especie. En nuestro caso hombres y mujeres de todos los tiempos buscando a las mejores mujeres y hombres durante miles de años.
    No se trata de predecir, sino de analizar la historia del hombre como especie. Hasta hace unos siglos el más competente era el mas fuerte, la mujer era un accesorio reproductivo. Ahora se imponen más las ideas y eso es lo que ha llevado a un desarrollo exponencial en todas las ciencias en las últimas décadas.
    La única amenaza para el ser humano es el egoismo y la soberbia del hombre mismo, es lo que nos enseña la historia. Hasta ahora hemos superado las guerras pero con terribles secuelas de resentimiento y odio que debemos curar.
    Cada nuevo niño es como un modelo nuevo y mejorado de los padres y lo mejor de todo es que está limpio como recién formateado. En este contexto en el mejor de los casos en solo una generación podemos cambiar todo el mundo, dejar de pensar en uno mismo para comenzar a pensar en un nosotros.
    Los signos actuales indican que la sociedad en su conjunto se está alineando a través de la comunicación global y redes sociales lo cual crea una suerte de conciencia colectiva. Todavía se está preparando el terreno para sembrar, la pregunta es qué semilla usaremos, la respuesta definirá la ruta de la evolución del hombre.

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  30. 22 enero, 2011 a las 17:01

    Lucho, estás mezclando la evolución biológica con la cultural, y en ambas hemos demostrado nuestra escasa capacidad predictiva.

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  31. luchogonzales
    22 enero, 2011 a las 17:21

    J.M. Hernández :

    luchogonzales :
    El hecho es que algunos sentimos que el universo tiene un orden natural algo asi como una voluntad divina con la cual esperamos sintonizar para que se sucedan las cosas que deben suceder.

    Precisamente a eso me refiero cuando digo que los amuletos son nefastos. Confiar nuestra vida a cómo sintonicemos con la voluntad divina del universo es dejarla en manos del azar, en lugar de trabajar para alcanzar nuestros objetivos. Curaremos el SIDA después de dedicar millones a la investigación, a formar jóvenes investigadores, a destinar recursos y esfuerzos bien planificados. No lo conseguiremos a base de recitar mantras para entrar en consonancia con el orden natural del universo.

    Completamente de acuerdo, pero debemos diferenciar entre amuletos, magia y religión, es fácil si vemos los frutos a los que se aspira. Me encanta el ejemplo, por qué un científico busca la cura de una enfermedad como el sida, qué lo motiva?. Esa pregunta debemos responderla cada uno en nuestro rol, qué nos motiva.
    Definitivamente un brujo, un amuleto o el horóscopo del día no logra que un profesional se dedique a tan noble misión; en cambio la búsqueda del bienestar del otro puede que si.
    El objetivo de la religión no es darle opio al pueblo como muchos piensan, sino más bien es buscar que éste sea feliz encontrándole un sentido trascendental a su propia existencia.
    Algunos rezaran mantras otros un padrenuestro… El fin es el mismo que tiene mi hija de 4 cuando me cuenta que se tropezó y se golpeó. Somos como niños tropezando en un mundo que no entendemos, a veces renegamos de nuestras situaciones y no nos damos cuenta que son retos para ser mejores personas. La religión llena el vacío y coloca un papá cariñoso que te dice: no te preocupes, puedes hacerlo mejor. Puede ser ilusión o realidad eso lo decide cada uno, pero psicológicamente funciona.

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  32. luchogonzales
    22 enero, 2011 a las 17:28

    Manuel :
    Lucho, estás mezclando la evolución biológica con la cultural, y en ambas hemos demostrado nuestra escasa capacidad predictiva.

    Es cierto somos producto de esa mezcla sin la primera no existiría la segunda. Finalmente no necesitamos predecirla solo sobrevivir a nuestra propia evolución.

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  33. Darío
    22 enero, 2011 a las 17:37

    El hecho es que algunos sentimos que el universo tiene un orden natural algo asi como una voluntad divina con la cual esperamos sintonizar para que se sucedan las cosas que deben suceder

    😎 😎 9-) voluntad divina

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  34. 22 enero, 2011 a las 18:59

    Completamente de acuerdo, pero debemos diferenciar entre amuletos, magia y religión, es fácil si vemos los frutos a los que se aspira.

    Son el mismo perro con distinto collar. ¿No es un amuleto llevar una cruz al cuello, o una estampita de la Virgen? ¿No es magia invocar a un dios para que te ayude?

    El objetivo de la religión no es darle opio al pueblo como muchos piensan, sino más bien es buscar que éste sea feliz encontrándole un sentido trascendental a su propia existencia.

    El objetivo de la religión es anular el sentido crítico de los creyentes. Por eso la fe se considera una virtud. ¿Encuentra un sentido trascendental a la existencia o se la inventa?

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  35. David
    9 febrero, 2011 a las 10:20

    Recuerdo una anécdota que vi en un casting de OT. El candidato se presentaba ilusionado, decía que portaba un amuleto y le gustaría dejarlo en la mesa del jurado, como así hizo. Lo hizo fatal, y no solo no lo cogieron sino que le dieron cera de la buena, casi llegando al insulto por haberse presentado.
    El concursante, casi a punto de echarse a llorar mientras se iba, se dió la vuelta a último momento, cogió el amuleto de la mesa y se fué.
    Lo que yo le digo a este chaval es, ¿no ves que el amuleto no sirve? no lo cojas, hombre.

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