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Posts Tagged ‘teoria cientifica’

Antonio Dobado: «La ciencia funciona de una forma acumulativa y una nueva teoría no invalida las anteriores sino que las amplia»

3 octubre, 2011 8 comentarios

Hace ahora una semana, hablábamos del importante anuncio realizado por científicos del CERN acerca de unos inesperados resultados en los que un haz de neutrinos parece haber superado la velocidad de la luz, una barrera infranqueable según nuestros actuales conocimientos de física. Para hablarnos de este experimento, sus posibles consecuencias y el funcionamiento de la ciencia ante los resultados que no encajan con el marco generalmente aceptado, traemos a la Ciencia y Sus Demonios al Dr. Antonio Dobado, Catedrático de Física Teórica de la Universidad Complutense de Madrid, donde realiza su labor de investigación en física de altas energías. Compaginando su actividad investigadora y docente, el Dr. Dobado ha sido secretario de la Real Sociedad Española de Física y responsable del plan nacional de Física y Ciencias del Espacio de la ANEP.

LCyD: ¿Podría describirnos, de la forma más sencilla posible, en que consistió el experimento realizado por los investigadores del CERN?

AD: En realidad se trata de un experimento conjunto entre el CERN y el LNGS (Laboratorio Nacional del Gran Sasso), que es un laboratorio subterráneo que se encuentra en los Apeninos a 730 km de distancia de Ginebra donde se encuentra el CERN. El experimento consiste en enviar desde el CERN un haz de neutrinos de un cierto tipo (muónicos)  en la dirección del detector de neutrinos OPERA,  que se encuentra en el LNGS. Aunque la finalidad inicial del experimento era el estudio de como estos neutrinos se transformarían en otro tipo de neutrinos (tauónicos) durante su viaje a través de la corteza terrestre entre ambos laboratorios, los dispositivos experimentales desarrollados han permitido también realizar una medición de la velocidad de los neutrinos con una precisión sin precedentes.

El sorprendente resultado es que aparentemente los neutrinos se estarían desplazando a una velocidad ligeramente superior a la velocidad de la luz en el vacío.

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La hipótesis de Dios

8 febrero, 2011 110 comentarios

Parece totalmente desmesurada la cantidad de discusiones que giran en torno a «pruebas» de la existencia o inexistencia de un dios sobrenatural. Sin embargo, este es un asunto que no puede ser abordado desde un punto de vista racional y mucho menos científico.

Dios cae fuera del campo de estudio de cualquier ciencia, por mucho que algunos institutos y centros religiosos se empeñen en denominarse «Centro X de Ciencias Religiosas». No es que en ciencia un dios no pueda ser aceptado, el concepto es diferente: no puede ser abordado. Es decir, racional y experimentalmente, no podemos demostrar de ninguna manera ni la existencia ni la inexistencia de un dios sobrenatural.

El motivo es de puro método. Cualquier disciplina científica se basa -siendo muy reduccionista- en establecer hipótesis sobre hechos observados. Estas hipótesis tienen que poder ser comprobadas o rechazadas mediante algún tipo de experimento u observación inequívoca. Y aquí entra la lógica: no podemos establecer una hipótesis que no podamos contrastar.

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Redibujando a Darwin II. ¿La selección natural es una tautología?

10 agosto, 2010 32 comentarios

Una crítica bastante común a Darwin es que elaboró una explicación que no representa una teoría científica, dado que la idea de la selección natural es una tautología y, por lo tanto, infalsable.

Como señalábamos en el artículo anterior, ante una figura y una teoría tan enórmemente popular, muchas de las opiniones se basan en una comprensión deficiente del verdadero significado de la misma, como ocurre en este caso. Quizá pueda parecer muy arrogante decir que las toneladas de papel que se han escrito sobre la supuesta naturaleza tautológica de la selección natural sean únicamente producto del desconocimiento real de la propia teoría, así como que el criterio de falsabilidad solamente es una corriente epistemiológica, pero no un absoluto indiscutible en metodología científica. Sin embargo, es lo que intentaremos argumentar en este artículo.

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¿Existe la macroevolución?

13 febrero, 2010 15 comentarios

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Entendemos por microevolución al conjunto de  las pequeñas alteraciones que se dan en una población y que se deben, fundamentalmente, a cambios en sus frecuencias alélicas. Por el contrario, la macroevolución se refiere al cambio mucho más patente que origina especies y taxones superiores, como géneros y familias. Según ciertos fundamentalistas religiosos, la segunda de ellas es una mera invención.

Sin embargo, micro y macroevolución no son conceptos que se empleen frecuentemente en biología evolutiva, dado que la mayor parte de especialistas opinan que los procesos que producen la diferenciación de una población no se distinguen cualitativamente de aquellos que acaban produciendo especies (mejor dicho, serían los mismos). De esta forma, la macroevolución no sería más que una microevolución continuada y las grandes diferencias entre taxones de alto rango el resultado de infinitud de pequeños cambios acumulados a lo largo de largos períodos de tiempo. Por el contrario,  algunos especialistas piensan que los mecanismos que rigen una y otra no tienen porqué ser similares y ofrecen explicaciones alternativas a la selección gradual, como la simbiogénesis o las formulaciones más duras del equilibrio puntuado.

Esta discusión, científicamente legítima y enriquecedora, es prostituida por creacionistas y otros fanáticos para reconocer la existencia de una microevolución como hecho probado -algo que no molesta a sus creencias-, mientras niegan la existencia de macroevolución bajo el pretexto de que no existe ninguna prueba de que este fenómeno ocurra realmente, consistiendo únicamente en elucubraciones de los «evolucionistas» que la defienden.

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Lotería científica

28 enero, 2010 88 comentarios

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La gloria en la ciencia es algo que buscan la mayoría de las personas que se dedican a ella. Ya sé que muchos lo negarán, pero a nadie le amarga un dulce. Aunque muchos disimulen con excusas como buscar la prosperidad para la humanidad o vivir disfrutando del trabajo que llevan a cabo, la mayoría sueña pensando en que quizás un descubrimiento suyo aparezca algún día en los libros de texto quedando así inmortalizado. Para llegar hasta ahí la mayoría de científicos dedican horas y horas de duro trabajo experimental, con el cual pueden construir sus hipótesis y teorías. Pero hay caminos más cortos, el que algunos científicos han elegido para llegar a la fama por un atajo. Y ese es el de las ocurrencias, ideas lanzadas y difundidas, pero sin un soporte de pruebas detrás. He aquí una relación de algunas de ellas:

1. La evolución se produce por la incorporación de ADN de virus extraterrestres a los genomas de los organismos.

2. Las extinciones masivas son debidas a que nuestro planeta pasa por una región de la galaxia rica en asteroides flotantes cada 70 millones de años aproximadamente.

3. Los extraterrestres han llenado de vida nuestro planeta, y aún viven entre nosotros.

4. La especie humana ha sido diseñada por un superordenador extraterrestre que nos implantó en la Tierra.

5. Hay una tetera dando vueltas alrededor de Urano.

6. Hay un unicornio rosa invisible en todos los aparcamientos de nuestro país.

Los ejemplos 5 y 6 corresponden a Bertrand Rusell y Steve Eley, respectivamente y han sido usados como ejemplo de afirmaciones infalsables. Las primeras son mucho más sofisticadas y tienen dos ventajas. La primera es que apareceb revestidas de un halo de posibilidad científica, a priori son eventos perfectamente posibles. La segunda es que las tres son tremendamente difíciles de falsar, al menos con la tecnología actual. Y la gran ventaja para el que las emite es que puede vivir de ellas acusando a los que las rechazan de tener la mente poco abierta a nuevos conocimientos. Pero no nos engañemos, todas ellas, las 6, tienen el mismo valor científico: ninguno, ya que no han sido obtenidas utilizando el método científico, no parten de ninguna observación que induzca a pensar en esa posibilidad. Proceden de una ocurrencia que les permite mantenerse en los medios como gestores de un concepto innovador. Pero esto no debe cegar nuestra capacidad crítica y de analizar escépticamente las hipótesis que caen en nuestras manos: siguen siendo una ocurrencia.
Y cada año se enuncian cientos de esas ocurrencias, tantas que es posible que a alguno le toque la lotería. Cabe la posibilidad de que pasados unos años, por duro trabajo de investigación, y sin conocer la ocurrencia de partida, alguien confirme alguna de esas ocurrencias. Entonces se escuchará desde algún punto un eso ya lo dije yo. Y la pregunta sería, ya pero ¿quién merece la gloria de dicho descubrimiento?

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