Asociación Nacional de Investigadores “Ramón y Cajal”: «Muchos investigadores no tendrán más remedio que emigrar si quieren investigar en condiciones»
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El día 6 de marzo los científicos saldremos a la calle a manifestarnos y hacer ver a la sociedad que la Ciencia queda relegada a un segundo plano cuando las cuentas económicas no cuadran. En esta entrevista recogemos las opiniones sobre política científica de una de las asociaciones organizadoras de esa maifestación: los contratados Ramón y Cajal.
Hoy, en exclusiva en La Ciencia y sus Demonios entrevistamos a la Junta Directiva de la Asociación Nacional de Investigadores «Ramón y Cajal» sobre la situación de la Ciencia en España, el programa Ramón y Cajal y los motivos que van a llevar de nuevo a los científicos de nuestro país a tomar las calles para mostrar sus quejas. Recordad, el próxima 6 de marzo a las 12:00 en la plaza de Colón de Madrid.
¿Cuál es la labor de la ANIRC y cuáles han sido los principales logros que habéis obtenido en el tiempo que esta asociación existe?
La labor de la ANIRC es la de agrupar a todos los investigadores que hayan obtenido un contrato dentro del Programa Nacional RyC en alguna de sus ya nueve convocatorias, y proporcionarles un foro para el intercambio de opiniones. También, forma parte de nuestra labor difundir la actividad científica de sus miembros, y participar en las actividades conducentes a la implantación de un sistema español de investigación y ciencia basado en la calidad y en la evaluación.
Siempre hemos abogado por un sistema de contratación digno y acorde a los méritos de los investigadores. Nuestros logros más notables han ido en la dirección de dar visibilidad al concepto de «Investigador Ramón y Cajal», y de orientar la política científica del país en la dirección de la calidad y los méritos. En nuestras reuniones con el Ministerio hemos incidido siempre en esta dirección, y parece que el mensaje ha conseguido calar. En este sentido, el borrador de la Ley de la Ciencia ha recogido por fin muchas de nuestras ideas, aunque queden muchos flecos y aspectos que clarificar y pulir, y tengamos que estar atentos a que el proyecto no se convierta tan sólo en un catálogo de buenas intenciones sin efecto real, o peor aún, que genere efectos perversos.
Las declaraciones de diferentes políticos llevan a la confusión. ¿Existe realmente una bajada en la inversión en I+D en los presupuestos del 2010?. Si es así, ¿en qué piensas que se va a traducir esa falta de inversión, qué va a significar para el desarrollo de los proyectos y la incorporación de nuevo personal al sistema I+D?
Está claro que, aunque no tan brutal como se rumoreó en septiembre del 2009, el recorte en los presupuestos de I+D+i van a ser muy fuertes (ver artículo de Alicia Rivera El País enero 2010 y el informe de la COSCE). Además, los organismos públicos de investigación (OPIs) son los que han sufrido un recorte más claro, con una media del 13%.
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cuenta este año con 728 millones de euros, frente a 843 millones en 2009. Ha mejorado algo en el paso por el debate parlamentario el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), uno de los OPI más perjudicados en el proyecto presupuestario del Gobierno, con un recorte inicial del 26%. El IGME, Instituto Geológico y Minero de España, pierde el 29% y el Instituto de Salud Carlos III , el 10%. Algunos institutos del CSIC ya arrastran un déficit, por mucho que se intente desmentir, que no será recuperable ni con un aumento de los PGE para el 2011, siendo esto último improbable que ocurra.
Nosotros no vamos a ser mejores analistas que estas organizaciones. Lo que pensamos es que esto redundará especialmente en los que intentan empezar a desarrollar su labor investigadora independiente, los que piden el primer proyecto del plan nacional de investigación. El gobierno ha repetido hasta la saciedad que se mantendrán los proyectos en marcha, pero no ha dicho nada con respecto a los que comienzan. Si esto es así también durante el año 2011 está claro que muchos investigadores no tendrán más remedio que emigrar si quieren investigar en condiciones, y muchos de los investigadores que nuevas ideas se perderán para nuestro futuro a medio plazo.
Algunos países de la UE están apostando por incrementar su partida de gasto en I+D como medida para paliar la crisis. ¿Hay poca perspectiva de futuro en nuestros políticos o es que ellos piensan que el I+D no se traduce en un beneficio de futuro?
La política del gobierno respecto al gasto en I+D ha mejorado desde el año 2000 hasta ahora, con algo más de un 50% de incremento en el gasto de I+D llegando al 1,35% del PIB. Sin embargo el plan nacional de I+D+i tenia previsto llegar a un gasto del 2,5% del PIB para el año 2015. La reducción en la inversión en investigación supone un paso atrás, un retroceso en el objetivo de poner a España al nivel Europeo en I+D.
Falta política de Estado. Los políticos no parecen ver más allá de los 4 años de la legislatura. No parecen valorar la inversión en futuro que supone la inversión en I+D, quizás desbordados por la situación actual del país en materia de desempleo y la urgente necesidad de reformar el sistema laboral español. Las distintas instituciones de investigación en el país adolecen de programas de cooperación entre ellas y de sistemas de unificación de criterios de calidad y productividad, lo que disminuye la fuerza del sistema de investigación como conjunto. Es necesario hacerle entender al gobierno que el recorte presupuestado en I+D supone no sólo un freno al desarrollo en innovación, sino la generación de un déficit en el esfuerzo y los programas iniciados en años anteriores que precisan de una inversión continuada.
Da la impresión de que se da por buena la idea de que nuestra sociedad no valora la I+D, que se valora poco la profesión del científico, y que muchas empresas no dan el paso de apostar por la I+D. Esto es algo generalizado que arrastramos desde hace generaciones. Los políticos, elegidos por los ciudadanos, simplemente reflejan esa escala de valores. Falta liderazgo, sentido histórico y altura de miras. Está claro que algunos políticos saben que la inversión en I+D es el único camino con futuro, pero quizá no tienen el suficiente peso para influir, o el coraje de potenciar la I+D a costa de reducir otras partidas con más impacto mediático o electoral.
¿Por qué la ciencia es tan impermeable en la sociedad?, ¿cómo crees que los científicos podrían paliar esta situación?
Actualmente se realizan grandes esfuerzos en el sistema español para transmitir a la sociedad los avances científicos, incluyendo en estos esfuerzos la transmisión de la relevancia que la ciencia tiene en desarrollo energético, tratamiento de residuos, la salud y en la evolución de nuestra forma de vida. Esta oleada de comunicación científica ha encontrado gran aceptación en el segmento más joven de la sociedad. Sin embargo, el sector más adulto de la sociedad es más impermeable a interpretar correctamente lo que significa el avance científico. Un factor que influye en esta situación es el hecho de que los resultados en investigación fundamental y de salud se traducen en cambios visibles en la sociedad en tiempos de medio y largo plazo. No ocurre así en campos como el del desarrollo energético y materiales, donde el impacto en sociedad es más inmediato. El mecanismo tradicional para transmitir a las nuevas generaciones lo que nosotros conocemos como “método científico” es la Universidad, en las licenciaturas conocidas como “de ciencias”. El “método científico” hace referencia al proceso y la evolución que ocurre desde que en la ciencia surge un objetivo y éste es llevado a cabo y traducido en conocimiento y progreso. El volumen de conocimiento generado y su repercusión en la sociedad ha sufrido un crecimiento exponencial en el siglo pasado. Sería interesante en este sentido desarrollar conferencias y programas de televisión que estuvieran enfocados en cómo se han generado los conocimientos que han modificado nuestra sociedad en la historia reciente y cómo está evolucionando en la actualidad.
Por otra parte, algunos medios de comunicación, especialmente la prensa escrita y la radio, están haciendo un esfuerzo considerable en la divulgación de los resultados de la investigación al público en general. Muchos de nuestros periódicos de tirada nacional tienen sección de “ciencia y tecnología”, cuyos contenidos son cada vez más cuidados. Quizás sería deseable que los periodistas contaran con los científicos como asesores para estos contenidos, ya que un buen científico no tiene que ser necesariamente un buen divulgador. Por supuesto, estos medios son minoritarios en audiencia con respecto a los audiovisuales, especialmente TV e incluso Internet, en donde la información es mucho más inmediata y, por lo tanto, bastante menos cuidada; e incluso, bastante sesgada. Sí sería necesario un mayor esfuerzo tanto de los científicos por divulgar sus resultados, así como su importancia, como de los propios periodistas en asesorarse convenientemente por estos científicos. Un mayor acercamiento entre ambos sería deseable.
Una de vuestras principales críticas a los responsables políticos es la indefinición de una carrera investigadora. A vuestro entender, ¿cómo se debería diseñar esa carrera?.
Un problema básico de nuestra carrera investigadora es la falta de un planteamiento inicial de los pasos a seguir y los objetivos y las metas que se deben conseguir en las diferentes etapas. Sería bueno que hubiera hitos a alcanzar, y criterios objetivos de evaluación en cada uno.
En el periodo postdoctoral, debería potenciarse que se realizase en un centro extranjero o, como mínimo, en uno desvinculado del grupo y del centro del que procede el doctorando. Esto limitaría la endogamia. Después del periodo postdoctoral, es necesario apuntar a un sistema similar al tenure-track: programas competitivos, con selección por una comisión externa de reconocido prestigio y completamente independiente. Tras el periodo postdoctoral, habría una estabilización después de una última evaluación objetiva, y atendiendo a los criterios de igualdad, mérito y capacidad.
Bajo vuestro punto de vista, ¿hay alguna diferencia de enfoque respecto a la ciencia entre los dos principales partidos de la nación, el PSOE y el PP?
La clase política española no se caracteriza por su interés en la ciencia, salvo excepciones. Da la impresión de que los dos grandes partidos utilizan la ciencia como estrategia, dando bandazos según creen ellos que les conviene más una u otra postura, pero sin una idea clara sobre la importancia de la investigación. No se puede negar que el PSOE ha hecho una inversión bastante importante durante los primeros cuatro años de su actual legislatura, cosa que el PP no hizo durante la suya. Por otro lado, el programa RyC fue iniciado por el PP, con sus logros y sus fallos. Desde luego, sólo podemos basar nuestra opinión en lo que vemos todos en los medios de comunicación y las acciones al respecto que han repercutido directamente en el desarrollo de nuestra labor investigadora (dinero y número para los proyectos, número de becas/contratos de investigación, etc.)
El día 6 de marzo está convocada una manifestación por la Ciencia en Madrid. ¿Qué motivos llevan al colectivo investigador a volver a las reivindicaciones en las calles?
Los motivos se pueden concretar en dos, dependientes entre si. Primero la insensibilidad y falta de orientación hacia el futuro del gobierno, que ve en la inversión en I+D+i una forma de recortar costes en los presupuestos del Estado. Segundo, es la poca repercusión que este recorte presupuestario ha tenido en el conjunto de la sociedad. De nuevo, los investigadores nos vemos solos en nuestras reclamaciones al gobierno. En la sociedad de este país todavía no ha calado el mensaje de hasta que punto la investigación significa progreso para todos, y cuánto repercute ya la investigación española en el conjunto europeo o mundial. Los investigadores debemos hacernos oír de cuantas maneras sean oportunas para que la sociedad y el gobierno entiendan que Investigación y progreso van unidos de la mano. Además, tanto en el conjunto europeo como a nivel mundial, no nos podemos permitir rebajar nuestro puesto de relevancia respecto a los otros países, ya que recuperarlo después es más difícil e incide sobre el conjunto de la sociedad.
¿Pensáis que los científicos de un cierto nivel se implican lo suficiente en la reivindicación del aumento de presupuesto, así como en pedir tanto al gobierno, a los empresarios y a la sociedad en general un desarrollo de nuestro sistema I+D?
Nos consta que los científicos de más alto nivel y las sociedades científicas están intentando influir por medio de sus contactos, pero eso apenas ha trascendido a la opinión pública, ni siquiera dentro de la comunidad científica, más allá de unas pocas noticias o cartas al director. Existen iniciativas individuales y valientes, pero no se aprecia un plan coordinado.
Tanta discreción no es buena pues, aunque se mejore el presupuesto en algunos euros más, el resultado es que se pasa de puntillas sobre el problema de fondo y la mentalidad de la sociedad sigue sin evolucionar. Este país necesita que toda la ciudadanía asuma que la I+D es un asunto crucial y estratégico, como lo son las pensiones, la enseñanza o la sanidad públicas.
Los científicos de todos los niveles deben hacerse más visibles para los ciudadanos, transmitir tanto lo que hacen (divulgar y educar) como la importancia de lo que hacen (para la sostenibilidad de nuestra economía). Tener proyección pública es difícil, pues el científico es alguien que se dedica intensamente a su trabajo y no se puede permitir excesivas distracciones. Aun así, lo que está en juego es tan importante que debemos asumirlo como parte de nuestra responsabilidad profesional.
En ese sentido, las movilizaciones de las asociaciones de científicos, tanto en forma de redes sociales como en la calle, son un importante paso adelante para situar la I+D en el centro de la agenda pública. También servirán para mostrar a los ciudadanos que somos muchos miles los que estamos haciendo ciencia aquí en España, que ya es no sólo el «que inventen ellos».
¿Qué aspectos positivos y negativos destacaríais en el programa de contratación Ramón y Cajal?. En su conjunto ¿lo valoráis de forma positiva o negativa?
Positivo:
– Parte de un análisis correcto, que reconoce que faltan investigadores en el sistema público de I+d=D (ver preámbulo de todas las convocatorias). Ya el reconocerlo e intentar hacer algo al respecto es un gran avance.
– La convocatoria del programa reconoce que las universidades necesitan más investigadores y necesitan que sus nuevos profesores tengan un elevado nivel investigador. Que empiece a cuajar esta visión de la universidad no meramente docente ya es otro avance. Que las universidades reciban financiación o personal por criterios que no sea el número de alumnos, es otra novedad. Esto sigue encontrando gran resistencia dentro de la propia universidad (profesorado y áreas de conocimiento más «tradicionales» por decirlo suavemente)
– Intento de reducir la endogamia, ya que abre la puerta de entrada a gente «de fuera»
– Selección de personal basada en méritos por una comisión externa. Contrasta con el método endogámico tradicional.
– Intento (bastante imperfecto, por otra parte) de que los nuevos fichajes («jóvenes») lideren sus propias líneas de investigación fuera de los tradicionales grupos jerárquicos de nuestro sistema de I+D pública.
Defectos:
– es un programa tímido, insuficiente
– El programa debería mejorarse para garantizar el cumplimiento de algunos de sus objetivos deseables. Fundamentalmente:
– faltan garantías de independencia del investigador: Paquete de financiación inicial y seguimiento por parte del ministerio para que el centro le conceda espacio y le deje vivir. «Seguimiento» quiere decir que se tire de las orejas al centro y no sólo al investigador RyC. Podría ser un sistema sin castigos, en positivo: premiar a los centros donde los investigadores RyC (a) tengan los medios para trabajar según una evaluación objetiva de una comisión externa (b) digan en una entrevista a puerta cerrada que están felices.
– La estabilización es poco clara, muchas veces está sujeta a caprichos locales, ya a la endogamia.
– No se favorece que el investigador pueda crear un grupo. La estructura actual hace necesario integrarse dentro de un grupo existente para, por ejemplo, pedir un proyecto nacional como investigador principal.
Hay poco aspectos negativos del programa. Ha sido una corriente de aire fresco o de savia nueva (al menos en las universidades). Hay flecos, no obstante. En los OPIs, aparte de las plazas de científico funcionario, no existe ninguna otra posibilidad de trabajar en investigación cuando vuelves del postdoc. Los antiguos “contratos de reinserción” básicamente se han convertido en los RyCs, de tal forma que en muchos institutos se considera a los RyCs como simples postdoctorales. El programa Ramón y Cajal se diseñó para traer jóvenes investigadores del extranjero con un nivel de excelencia en investigación. Esta idea es excelente y funciona. Con este programa se quiere incrementar la presencia de investigadores de prestigio, en los institutos de investigación pero también, y principalmente, en las universidades. Se intenta y se esta consiguiendo que las universidades integren en su personal docente a investigadores de vanguardia que transmitan la inquietud por la investigación a nuestros universitarios.
Como contrapartida, las universidades se benefician además de la financiación que estos investigadores consiguen de instituciones tanto nacionales como europeas, lo que supone un nivel adicional de financiación que por criterios sólo en base al número de alumnos. Además del incremento de la capacidad por parte de las universidades para ofertar a sus licenciados grupos de investigación del más alto nivel científico para el desarrollo de una carrera investigadora.
Por otra parte, el programa Ramón y Cajal introduce en el sistema español de investigación criterios de evaluación externos a las instituciones para la incorporación de investigadores, lo que es una clara tendencia a reducir la “endogamia” en las instituciones. Esta reducción de la endogamia permite la movilidad de investigadores españoles en el territorio español y la captación de investigadores europeos en nuestro sistema. Se intenta que estos investigadores de excelencia consigan establecerse con sus propias líneas de investigación fuera de los tradicionales grupos fuertes de nuestro sistema publico de I+D, pero sin embargo no existe una financiación que apoye completamente esta alternativa. Esta falta de financiación inicial hace que los Ramón y Cajal pierdan fuerza y la inercia en investigación independiente que traen del extranjero y que le hace excelentes se vea disminuida. El programa podría mejorarse para garantizar algunos de sus objetivos deseables, a destacar:
1. Garantizar una mayor independencia del investigador Ramón y Cajal frente a los grupos de poder dotándolo con un Paquete de financiación inicial que le dé posibilidades reales de iniciar su línea de investigación.
2. Un seguimiento del centro aceptor para que le conceda un espacio adecuado a sus posibilidades.
3. Más garantías de que la estabilización va a depender de criterios de Investigación, docencia e Integración en el departamento en su conjunto, sin que sea “el” grupo fuerte (endogamia) el que tenga exclusivamente poder de decisión en la estabilización de un Ramón y Cajal.
Últimamente se está detectando una bajada significativa en el número de estudiantes interesados en realizar una carrera investigadora. ¿Qué mecanismos pensáis que serían adecuados para atraer de nuevo a los licenciados a los laboratorios y centros de investigación?. En este sentido, la carrera científica funcionarial ¿es un lastre o una ventaja para el desarrollo del sistema I+D?.
La formación investigadora significa una inversión de tiempo, de mínimo de 5 y hasta 10 años, en algunos casos incluso más antes de acceder a una posición estable o con una clara intención de estabilización, ya sea en empresas o en instituciones de investigación. Esta situación implica que los estudiantes necesitan un alto grado de implicación en la investigación, pero esta situación no supondría un gran problema sino fuera por la falta de garantías de encontrar posiciones al final del camino.
La imagen que da el gobierno en este momento al no darle la prioridad que merece la inversión en I + D es otra razón para desmotivar a los posibles futuros investigadores. A nivel de interés científico, las universidades deben ofrecer ciencia de vanguardia con equipos de investigación dirigidos por científicos de excelencia a nivel internacional. En los últimos años las universidades han conseguido un alto nivel en este sentido, pero es necesaria más financiación para que estos nuevos grupos emergentes consigan establecerse.
A nivel de las condiciones laborales, al inicio de la carrera investigadora las becas FPI están bien financiadas aunque no cubren la totalidad de la oferta de jóvenes investigadores que inician el doctorado.
A nuestro juicio, se debería:
– ofrecer ciencia de primera clase: equipos bien financiados dirigidos por científicos de nivel internacional.
– condiciones laborales dignas: las FPI están bien pero hay pocas. Mucha gente acaba haciendo la tesis gratis o cobrando muy poco, o solo algunos meses, sin seguridad social, etc. En definitiva, en condiciones precarias
– perspectivas de futuro laboral: que haya una carrera creíble. Todavía estamos esperando. Con esto no queremos decir que el camino deba ser fácil ni que todos vayan a llegar a catedrático. Lo que debe haber es unas reglas de juego y etapas definidas: post-doc de X años, tenure-track, oferta de plazas en los centros. Lo que existe actualmente es una carrera de obstáculos, en la que en la mayoría de las veces no llegas a la meta; a veces, ni sabes dónde está.
Para la ciencia española, la vía funcionarial es la única alternativa seria, ya que es la única opción que hace atractiva una carrera difícil, exigente, y muy larga. De otra manera, tendríamos una vieja casta de funcionarios dominando a una nueva élite de investigadores muy bien formados, pero en situación inestable. Eso generaría tensiones insostenibles. Más allá de los tópicos, el funcionariado es un sistema que promueve la libertad investigadora. Y, desde luego, no limita la productividad. Más bien al contrario, un investigador funcionario tiene mayor libertad para iniciar investigaciones ambiciosas, extendidas en el tiempo y sin presiones. Y no hay que olvidar que la media de edad en que se alcanza una posición de científico funcionario, cuando se consigue, es de 38 años.
. ¿Cómo veis la endogamia en los centros de investigación a la hora de obtener plazas estables?, ¿está disminuyendo o todavía perdura?, ¿qué sistema propondríais para disminuir su impacto?
Sin decir que afecta al 100% de los centros, sí podemos afirmar que la endogamia sigue implantada y su reducción es problemática. Probablemente la mayoría silenciosa de los investigadores ya establecidos, que son quienes forman las comisiones de selección, la acepta. Aun y así ha habido avances, uno de ellos el programa RyC, que ha permitido a muchos investigadores establecerse en centros diferentes de aquel donde hicieron su tesis doctoral.
Estamos hablando de una cuestión muy enraizada y que es reflejo de una cultura y de una sociedad y de juegos de intereses y de poder en los departamentos. No creemos que haya una medida única que pueda resolverlo, aunque entre otras medidas podría proponerse:
– Implementación de acreditaciones y selección de personal con comisiones externas.
– Acabar con la idea de que los grandes grupos de investigación tienen derecho a una continuidad eterna. La idea de grupo hace que estos quieran crecer, siendo la mejor vía incorporar discípulos, esta opción es válida, pero se debe mantener el nivel en todos sus miembros y debe existir igualdad de oportunidades para acceder a estos grandes grupos.
– Apoyar con financiación grupos emergentes de calidad científica contrastada.
Para acabar, sería deseable que empezara a estar mal visto que uno se incorporara al grupo en el que se ha formado o donde ha estudiado, como ocurre en otros países. Y, desde luego, habría que prohibir los lazos de sangre entre los miembros de un departamento. No es razonable que algunos catedráticos coloquen a sus familiares en su propio departamento o en el de al lado, como quien intercambia cromos. Es éticamente reprobable, y debería ser ilegal.
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Esto me recuerda a cuando dicen que los bancos se hunden y sus directivos, con sus Golden Parachutes , cobran indemnizaciones escandalosas por irse, cuando no pensiones de 12.500 millones de pesetas. Luego vas a la sucursal y sólo hay una persona en caja, con lo que se generan colas inauditas, con la consecuencia de que todos perdemos tiempo. Pero es que había que rebajar el personal, que la entidad está en crisis.
No es razonable que algunos catedráticos coloquen a sus familiares en su propio departamento o en el de al lado, como quien intercambia cromos. Es éticamente reprobable, y debería ser ilegal.
Sociobiología, pura y dura. Lo más curioso es que algunos vayan aireando sus cátedras cuando no son más que contenedores de un único conocimiento que, porque no decirlo, muchas veces deja bastante que desear. Lo digo por lo que respecta al Derecho, campo de nepotismo por definición, aparte de «palurdismo catedralicio» (por lo que respecta a sacar al catedrático de su campo de acción). Una de dos, o aceptamos que esas acciones son normativas consuetudinarias aceptadas por todos, o establecemos unas reglas para evitarlo. Lo que no se puede es decir que hay reglas y luego hacer trampas como el peor jugador de póker, como tan bien se les da a algunos… Aunque ahora que pienso, cualquier jugador de póker de las peores tabernas en las que he estado tiene más honestidad que según qué cargos públicos y privados, sean políticos o no. Meritocracia y no favorocracia ni dedocracia, aunque esto no es parte de la cultura de según qué personajes que se mueven con la parte del cerebro que nos queda del cocodrilo. En fin, cada día, las normas del juego están peor reguladas. Que cada uno se pregunte el por qué.
Saludos.
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http://www.20minutos.es/noticia/636595/0/pension/sgae/teddy-bautista/
La música también está en crisis dice la SGAE. Y el negocio de transporte aéreo, dicen los controladores…
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